jueves, 17 de septiembre de 2020

MALAS COSTUMBRES

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, aseguró esta semana en la sede del parlamento regional que la mayor transmisión del COVID en barrios como Carabanchel, Vallecas, Usera o Villaverde y pueblos como Getafe, Parla o Fuenlabrada tiene que ver con el "modo de vida de nuestros inmigrantes". Así, con un par y un "nuestros" colgado de la frase cual ambientador con aroma a paternalismo que no logra disimular el tufo racista de sus declaraciones. Una horas antes, el  periodista Federico Jiménez Losantos había predicado en su púlpito radiofónico que gran parte de la culpa del elevado número de contagiados por coronavirus en la región se debía a las costumbres de "los hispanos". Que estas declaraciones se produjeran a los pocos días de que toda España pudiera ser testigo de la agresión sufrida en el metro de Madrid por una pareja de "hispanos" da mucho que pensar sobre las intenciones de tales declaraciones.

A mí, sin ir más lejos, me vino a la cabeza la historia de JM. Pongo aquí las iniciales de su nombre, pero podrían ser las de otros muchos nombres, ya que la situación en la que vivía JM cuando lo conocí era y es, por desgracia, la de muchísimas personas en nuestro país. JM tenía catorce años, había llegado a Madrid hacía unos meses procedente de Colombia, y se quedaba dormido todas las mañanas sobre el pupitre del instituto sin importarle la asignatura que tocara: todas le servían para echar una cabezadita. Pasaron varias semanas hasta que descubrimos que JM dormía en una cama caliente.  Quién no sepa qué es una cama caliente, que piense en su cama mullida y acogedora e imagine que tuviera que compartirla a turnos con dos o tres personas más. Eso es una cama caliente: un colchón con una manta y una almohada que siempre está ocupada. En el caso de JM, le correspondía el turno de día. Apenas salía del instituto después de llenar el estómago gracias a la beca de comedor, JM llegaba a su casa y se echaba a dormir hasta la noche. Entonces era el turno de su tío, quien después de diez o doce horas trabajando tenía el privilegio de acostarse en el colchón que JM acababa de abandonar hasta que a las seis de la mañana se levantaba para volver al tajo y a JM apenas le quedaba tiempo para echarse un rato antes de salir camino del instituto. 

No sé Díaz Ayuso y Jiménez Losantos se referían al modo de vida y a las costumbres de JM y su familia. O simplemente desconocen cómo sobreviven muchas personas en los barrios más alejados de la zonas nobles (o pijas, por qué no) que supongo frecuentan después de ver como se las gasta una en hoteles en plena pandemia, y el otro enseñarnos su casa en compañía de Bertín Osborne, ese gran patriota enemistado con la hacienda pública. Cerrar los ojos a la evidencia de que el mayor número de casos de COVID en esos barrios tiene que ver con cuestiones como la precariedad laboral o la dificultad para acceder a una vivienda digna no es inocente. Detrás de ella se esconde el intento de culpar a un colectivo para esconder las responsabilidades de los responsables de la gestión de la pandemia, que son los mismos que debían haber desarrollado las políticas sociales necesarias para que nadie se viera obligado a vivir según esos modos y costumbres tan insalubres. Como en el trile, nos enseñan la bolita unos instantes para que fijemos nuestra atención en ella y perdamos de vista los vagones de metro repletos en hora punta, las aulas llenas de niños con unos pocos centímetros de separación, o la ausencia de esos rastreadores comprometidos meses atrás. 

La mentira sí es una mala costumbre de ciertos políticos. Y qué decir de cierta clase de periodistas. No lo es la precariedad laboral que obliga a saltarse la cuarentena o a no reconocer que se padece la enfermedad a aquellos de cuyo trabajo depende el que haya comida en la mesa para sus hijos. Y si no existe la opción del teletrabajo para los obreros, camareros, limpiadores, mensajeros, repartidores y tantas otras profesiones en las que el contrato más frecuente es de obra (o más corto aún) no es por su modo de vida, sino porque la sociedad requiere de sus servicios imprescindibles y los poderes públicos no son capaces de garantizarles la seguridad necesaria. ¿Qué seguridad laboral puede haber para quiénes tienen la certeza de que su ausencia del trabajo por enfermad les supondrá el despido? ¿Qué cuarentena puede cumplirse en un piso de cincuenta metros cuadrados con tres habitaciones diminutas en el que malviven otras tantas familias? 

A los dos, a Díaz Ayuso y a Jiménez Losantos, les pediría que escucharan la entrevista que en el Informativo 14 horas de RNE hicieron al doctor Mario Chico, médico intensivista del Hospital 12 de octubre (a dónde acuden los pacientes de Usera y Villarde) y presidente de la sociedad madrileña que reúne a los especialistas en esa faceta de la medicina tan presente en las unidades de cuidados intensivos. Decía el doctor Chico que una costumbre cultural no se cambia en unos meses. Sostenía su afirmación explicando que, si fuera posible hacerlo, ya habríamos acabado con los accidentes de tráfico producidos por una distracción al volante o el exceso de velocidad. No, por desgracia no es posible cambiar el modo de vida de las personas en unos pocos meses. Pero lo que sí era posible es haber planteado medidas que previnieran esta segunda oleada de COVID y redujeran sus efectos. Por ejemplo, contratando personal sanitario o mejorando la coordinación entre UCIs. Y según los expertos, como el citado doctor, nada de eso se ha hecho.

Mañana comparecerá algún responsable del gobierno de la Comunidad de Madrid para anunciar las medidas de restricción de la movilidad, un eufemismo para no decir confinamiento, esa palabra con tan malos recuerdos. Un castigo más para unos barrios y pueblos del sur de la capital que parecen castigados a sufrir la desigualdad. Y es que, como dice el viejo refrán castellano: "En casa del pobre, ni vino ni odre".


NOTA: Os dejo el enlace a la entrevista con el doctor Mario Chico en el programa Informativo 14 horas de Radio Nacional de España.

https://www.rtve.es/alacarta/audios/14-horas/madrid-coronavirus-uci-hospitales-situacion/5664142/

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