tag:blogger.com,1999:blog-82740747107623290052024-03-13T13:18:24.497-07:00Perdido en la luzSensaciones, reflexiones e intuiciones compartidas en forma de textos e imágenes. Todos los derechos reservados. © Javier de Vitorio 2012-2021Javier de Vitoriohttp://www.blogger.com/profile/03767873692490916330noreply@blogger.comBlogger44125tag:blogger.com,1999:blog-8274074710762329005.post-76917627802972314182021-09-10T10:32:00.001-07:002021-09-10T10:32:20.462-07:00A PROPÓSITO DEL 11S<h3 style="text-align: left;"><span style="font-size: medium;">El último verano antes del virus que cambió nuestro mundo tuve la oportunidad de viajar a Nueva York. <br /></span><span style="font-size: medium;">Durante cinco días recorrí Manhattan, casi siempre a pie, de sur a norte y de este a oeste. Y como no podía ser menos, acudí a la zona 0.</span></h3><p><span style="font-size: medium;"><br /></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-size: medium;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-kLOC7fn9oHY/YTuVZoYZv9I/AAAAAAAAD1U/u0OEHKeVZdUxZ06sFvI0fXGLp0TIt35QwCLcBGAsYHQ/s1599/IMG-20210910-WA0001.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1599" data-original-width="1200" height="320" src="https://1.bp.blogspot.com/-kLOC7fn9oHY/YTuVZoYZv9I/AAAAAAAAD1U/u0OEHKeVZdUxZ06sFvI0fXGLp0TIt35QwCLcBGAsYHQ/s320/IMG-20210910-WA0001.jpg" width="240" /></a></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-size: medium;"><br /></span></div><p></p><p><span style="font-size: medium;">No lo hice movido por el morbo. Para mí, era algo así como una peregrinación. Las razones que me impulsaban a visitar el lugar eran tantas que darían para escribir diez artículos. Trataré de resumirlas en una: como muchos de vosotros, nunca olvidaré lo que estaba haciendo el 11 de septiembre del año dos mil uno. Lo mismo que el 11 de marzo de unos pocos años después.</span></p><p><span style="font-size: large;">En cuanto me aproxime al Trade World Center sentí pena. Y rabia. Y asco.</span></p><p><span style="font-size: large;">Turistas venidos de todas partes del mundo, sonrientes, muy sonrientes, se hacían fotos delante del monumento a las víctimas de aquel atentado bárbaro. Algunos, incluso, practicaban poses ridículas o trataban de invadir el espacio ocupado por los nombres de las víctimas.</span></p><p><span style="font-size: large;">Me aterra la banalización del horror. </span></p><p><span style="font-size: large;">No caben en mi cabeza actitudes como la de aquella popular <i>instagramer</i> que se hizo una foto posando cual modelo en el campo de concentración de Auswitch. </span></p><p><span style="font-size: large;">Así que cerré los ojos por un momento y traté de abstraerme del ruido. Incluso recité en mi cabeza una oración sin dios. Por tanto dolor. Por tanto sufrimiento. Por las víctimas que allí encontraron la muerte y las que habrían de encontrarla después, a miles de kilómetros de distancia, por la soberbia venganza de quien tiene </span><span style="font-size: large;">en sus manos </span><span style="font-size: large;">el poder de quitar vidas.</span></p><p><span style="font-size: large;">-------</span></p><p><span style="font-size: large;">Hoy he escuchado en un informativo que más de tres mil inmigrantes sin papeles trabajaron en el desescombro de la zona 0 tras el atentado de las Torres Gemelas. </span></p><p><span style="font-size: large;">Eran los obreros más baratos. Ninguna autoridad les pidió el permiso de residencia para hacer un trabajo que nadie quería. </span></p><p><span style="font-size: large;">La mayoría eran latinos. Después, algunos fueron deportados. Otros murieron.</span></p><p><span style="font-size: large;">Durante semanas respiraron productos tóxicos que con el paso del tiempo les provocaron cáncer, asma, enfisemas pulmonares, rinitis crónica, estrés postraumático, depresión...</span></p><p><span style="font-size: large;">La inmensa mayoría de los que continúan en Estados Unidos no han recibido la "green card", el permiso que les permite trabajar y residir en aquel país. Ahora, en el veinte aniversario del atentado, la siguen reclamando.</span></p><p><span style="font-size: large;">¿Esto era la globalización?</span></p><p><br /></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-91-SUy8mSDk/YTuVc90ye3I/AAAAAAAAD1Y/42i5RoS6W64McA1Bk8RvznWq1VUQk58zwCLcBGAsYHQ/s1599/IMG-20210910-WA0000.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1200" data-original-width="1599" height="300" src="https://1.bp.blogspot.com/-91-SUy8mSDk/YTuVc90ye3I/AAAAAAAAD1Y/42i5RoS6W64McA1Bk8RvznWq1VUQk58zwCLcBGAsYHQ/w400-h300/IMG-20210910-WA0000.jpg" width="400" /></a></div><br /><span style="font-size: large;"><br /></span><p></p><p><span style="font-size: large;"><br /></span></p>Javier de Vitoriohttp://www.blogger.com/profile/03767873692490916330noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8274074710762329005.post-49198253283334647992021-07-29T00:30:00.011-07:002021-07-29T00:30:00.210-07:00ANIMALES COMO TÚ<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-CR1_5TYOGZA/YPhwVcGu-9I/AAAAAAAAD0U/1cIpDvVxxzcv7snJt0Q4_0Qo9opqHiGGQCLcBGAsYHQ/s2048/1626888300816.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1538" data-original-width="2048" src="https://1.bp.blogspot.com/-CR1_5TYOGZA/YPhwVcGu-9I/AAAAAAAAD0U/1cIpDvVxxzcv7snJt0Q4_0Qo9opqHiGGQCLcBGAsYHQ/s320/1626888300816.jpg" width="320" /></a></div><br /><h4 style="text-align: left;"><span style="font-size: medium;"><i>Animales como tú</i><span> (y como yo) es el título del libro escrito por Ismael López Dobarganes, uno de los cofundadores del famosísimo Santuario Gaia.</span></span></h4><div><span style="font-size: medium;"><span><br /></span></span></div><div><span style="font-size: medium;">Si no te cuentas entre los millones de seguidores en redes sociales del santuario, ni tampoco has oído hablar de ellos en radio o televisión, te diré que el Santuario Gaia es un lugar en el que se recoge a animales de granja maltratados y explotados y se les ofrece una vida digna en la que solo su naturaleza dicta cuando han de morir, nunca el capricho o el interés económico de un ser humano.</span></div><div><span style="font-size: medium;"><br /></span></div><div><span style="font-size: medium;"><span>En <i>Animales como tú</i>, Ismael López relata con un estilo sencillo y ameno algunas de las historias que han emocionado a sus seguidores, como la del toro Samuel o la mula Marieke, por citar solo dos ejemplos. Cómo se llevó a cabo el rescate de estos animales, las dificultades vividas en su adaptación al santuario y, sobre todo, la relación de amor establecida con el autor del libro son las hebras que tejen el hilo narrativo que dota de emoción a esta obra. </span><span>Ismael López consigue transmitir al lector su inmenso amor a los animales y hace que las historias más bellas del Santuario Gaia, subtítulo del libro, sea en ocasiones dramática y en otras incluso cómica.</span></span></div><div><span style="font-size: medium;"><br /></span></div><div><span style="font-size: medium;">No busques literatura en <i>Animales como tú</i>. Pero si quieres pasar un rato entretenido leyendo un libro cargado de valores, no dudes en comprarlo. Está publicado por Duomo Ediciones y lo puedes encontrar en librerías y en la propia página web del santuario que enlazo a continuación. Por cierto, los magros beneficios que el autor obtiene por la venta del libro los ha donado a la fundación que lleva el nombre del santuario, por lo que con la compra del libro estarás además ayudando a mejorar las condiciones de vida de muchos animales, si no a salvarlas.</span></div><div><span style="font-size: medium;"><br /></span></div><div><span><a href="https://www.fundacionsantuariogaia.org/" target="_blank"><span style="font-size: medium;">https://www.fundacionsantuariogaia.org/</span></a><br /></span></div><div><br /></div><div>Nota: El modelo de la foto es mi Gordo, que a regañadientes y recién despertado de su siesta, se prestó a posar.</div>Javier de Vitoriohttp://www.blogger.com/profile/03767873692490916330noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8274074710762329005.post-14779700431370143642021-07-22T01:00:00.008-07:002021-07-26T09:53:03.487-07:00SOBRE RESEÑAS Y CRÍTICAS: NO ES ORO TODO LO QUE RELUCE<h3 style="text-align: left;"><span style="font-size: medium;">Conversando en cierta ocasión con una reseñadora muy popular en cierta red social, me confesó que ella había comenzado a reseñar novelas en las redes con la esperanza de llegar a leer gratis. Y lo había conseguido. </span></h3><p><span style="font-size: medium;">Son muchos los reseñadores que reciben lotes de libros de diversas editoriales. Si son populares, muchos más libros de los que pueden leer. Algunos, incluso, los revenden con el ánimo de darles una segunda vida y, por qué no, sacarse un dinerito. Nada hay que objetar a quien lee y anima a otros a hacerlo. ¿Nada? Bueno, quizá un pequeño detalle. En el pacto no escrito entre reseñadores y editoriales existe una clausula no escrita muy común en tantos otros ámbitos de la vida: no muerdas la mano que te alimenta.</span></p><p><span style="font-size: medium;">Entre los reseñadores que, como yo, son a la vez escritores autopublicados se da también una costumbre colaborativa que ninguno suele declarar. Pongamos por caso que acabo de sacar mi última novela y quiero darle publicidad en las redes. Puedo enviarle mi libro a los cientos de reseñadores que pululan por el ciberespacio, pero el costo considerable de los envíos, y la poca probabilidad de que la mayor parte de ellos se dignen a redactar siquiera una breve nota sobre la obra de un escritor que no pertenece a la escudería de una potente editorial, hace este esfuerzo poco menos que inútil. Excepto si los reseñadores son escritores autopublicados como yo. Es ese caso, el principio de hoy por ti mañana por mí me garantiza un gran número de reseñas a las que tendré que corresponder con el paso del tiempo. Y, parece lógico que, si quiero obtener en el futuro comentarios favorables, me cuide muy mucho ahora de sacar el cuchillo de trinchar y despiezar esa novela que me han enviado y cuyo valor no sobrepasa el del papel que han usado para imprimirla.</span></p><p><span style="font-size: medium;">Valga todo esto para explicar que no es lo mismo una reseña que una crítica. Por más que la mayoría de los reseñadores se vean a sí mismos como críticos. No, tampoco esos periodistas que escriben en la prensa de renombre y reciben un salario por sus artículo pueden considerarse críticos. Si eres un asiduo a sus publicaciones y únicamente encuentran espacio en ellas los autores de dos o tres editoriales, desconfía amigo lector.</span></p><p><span style="font-size: medium;">Por cierto, yo no recibo libros de ninguna editorial ni regalo mis obras a otros escritores autopublicados para que me las reseñen. Y si comento la novela de algún amigo, lo digo.</span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-I16uRvMJdmA/YPhxMEF4API/AAAAAAAAD0c/EOjnOYl9YTos8X95q8XcwmTPpUE8RfzfQCLcBGAsYHQ/s2048/1626894053776.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="1538" height="320" src="https://1.bp.blogspot.com/-I16uRvMJdmA/YPhxMEF4API/AAAAAAAAD0c/EOjnOYl9YTos8X95q8XcwmTPpUE8RfzfQCLcBGAsYHQ/s320/1626894053776.jpg" /></a></div><br /><p><br /></p><p><br /></p>Javier de Vitoriohttp://www.blogger.com/profile/03767873692490916330noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8274074710762329005.post-70177689882767508182021-07-19T11:06:00.003-07:002021-07-19T11:09:23.652-07:00COMBATE POR EL CAMPEONATO DE PESOS PESADOS DE NOVELA NEGRA: LA NOVIA GITANA VS PROGENIE<span style="font-size: medium;">A muchos nos pasa que al inicio de nuestras vacaciones estivales lo que más ansiamos es desconectar. Para lograrlo, este año he cogido en préstamo en <i>eBiblio</i> dos de las novelas negras españolas más aclamadas de los últimos años y me las he bebido una tras otra en apenas una semana. Y sí, he desconectado de la rutina, pero a la vez no he podido evitar comparar las dos novelas. Como escritor, también me gusta adentrarme en los territorios oscuros del <i>noir</i>, y a medida que iba adentrándome entre sus páginas, en mi cabeza se ha desarrollado un combate en el que era evidente que solo podía haber una vencedora. Y la ganadora ha sido...</span><div><span style="font-size: medium;"><br /></span></div><div><span style="font-size: medium;">No, tendrás que esperar un poco más para conocer cuál de estas dos novelas es para mí la mejor y por qué. Si te diré ya que las similitudes entre ambas son evidentes. Las dos son obra de escritoras: Carmen Mola es la autora de <i>La novia gitana</i> y Susana Martín Gijón de <i>Progenie</i>. Esto podría parecer circunstancial pero no lo es en absoluto, ya que las dos han elegido como protagonistas de sus historias a dos mujeres fuertes, que ejercen el mando como inspectoras en el Cuerpo Nacional de Policía, un terreno tradicionalmente dominado por los hombres, sin que les tiemble el pulso. Elena Blanco y Camino Vargas son dos mujeres entregadas a su profesión que en sus ratos libres disfrutan de la música, cantando en un karaoke la primera y bailando salsa la segunda. Las dos viven su sexualidad sin cortapisas. Y las dos se enfrentan a lo que parecen ser los crímenes de un asesino en serie recorriendo algunos escenarios típicos de dos ciudades españolas: Sevilla en <i>Progenie</i> y Madrid en <i>La novia gitana</i>.</span></div><div><span style="font-size: medium;"><br /></span></div><div><span style="font-size: medium;">En cuanto a la estructura de la trama, las dos autoras siguen el patrón que parece haberse convertido en norma en los últimos años: dividen la narración en varias partes que arrancan con saltos en el tiempo y el espacio a otra trama anterior o paralela a la principal y que nos va dejando claves para resolver el enigma de la autoría de los crímenes y su justificación. No es que tenga nada en contra de esta forma de desarrollar una historia, simplemente me resulta muy pesado leer una novela tras otra escrita de la misma forma. ¿No os pasa lo mismo?</span></div><div><span style="font-size: medium;"><br /></span></div><div><span style="font-size: medium;">Este combate tan igualado entre <i>La novia gitana </i>y <i>Progenie</i>, dos pesos pesados de las más reciente novela negra española, parece que solo podrá resolverse a los puntos. Sin embargo, una vez sobre la lona para mí gana por KO Progenie. El que sus páginas inviten a reflexionar sobre un tema candente en nuestra sociedad, y sin embargo tan poco tratado, como es la maternidad resulta un factor decisivo. Y no es el único. Susana Martín Gijón no se corta a la hora de dejar a los lectores toques de atención sobre cuestiones como el machismo, los nuevos roles de hombres y mujeres en nuestros días, la desigualdad o la exclusión social. Podría decirse que la crítica social impregna toda la novela, y yo como lector, igual que como autor, considero la crítica social totalmente necesaria. Además, el lenguaje de Susana Martín Gijón es fresco y recoge el vocabulario más castizo de la calle con acierto y estilo. </span></div><div><span style="font-size: medium;"><br /></span></div><div><span style="font-size: medium;">Así pues Progenie tiene muchas razones para imponerse en este combate. Y un golpe letal y decisivo: el humor. A pesar de tratarse de una novela negra que cumple todos los cánones del género sin escatimar dramatismo, las pinceladas de humor que la adornan son el contrapunto genial, el golpe maestro. </span></div><div><br /></div><div><span style="font-size: medium;">Ah, por si fueran pocas las similitudes, las dos novelas han sido publicadas por la misma editorial, Alfaguara, que apuesta fuerte por los nuevos talentos femeninos en el género negro con un rotundo éxito comercial.</span></div><div><span style="font-size: medium;"><br /></span></div><div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-TnhUiseuulg/YPW-xQ0QPpI/AAAAAAAADzw/tT4lS6i6gwA6quJXuGBbW7fgD8MpBx0hwCLcBGAsYHQ/s499/Novia_gitana.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="499" data-original-width="317" height="320" src="https://1.bp.blogspot.com/-TnhUiseuulg/YPW-xQ0QPpI/AAAAAAAADzw/tT4lS6i6gwA6quJXuGBbW7fgD8MpBx0hwCLcBGAsYHQ/s320/Novia_gitana.jpg" /></a><a href="https://1.bp.blogspot.com/-bIULQC7rg0M/YPW-z2FHVPI/AAAAAAAADz0/uYenpNFW7IIpemerS9kgyAFkCaScI4K3ACLcBGAsYHQ/s883/progenie.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="883" data-original-width="552" height="320" src="https://1.bp.blogspot.com/-bIULQC7rg0M/YPW-z2FHVPI/AAAAAAAADz0/uYenpNFW7IIpemerS9kgyAFkCaScI4K3ACLcBGAsYHQ/s320/progenie.jpg" /></a></div></div><br /><br /><span style="font-size: medium;"><br /></span><div><span style="font-size: medium;"><br /></span></div><div><span style="font-size: medium;"> </span></div></div>Javier de Vitoriohttp://www.blogger.com/profile/03767873692490916330noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8274074710762329005.post-84602066201218981572021-06-10T07:53:00.002-07:002021-06-10T07:53:28.278-07:00LA HORA DE LA ESTRELLA<p style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">En los últimos meses, por azar o quizá por alguna estrategia editorial nada disimulada, me con Clarice Lispector en varios programas radiofónicos dedicados a la literatura. La injusta posición que la escritora brasileña nacida en Ucrania ocupa en el Olimpo literario latinoamericano del pasado siglo, por su condición de mujer, era unar referencia común en los críticos que alababan su obra. Yo, que en mi ignorancia no había tenido todavía un libro suyo entre mis manos, de inmediato me lancé a buscar los textos más destacados de entre toda su producción literaria y así llegué a esta pequeña novela.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">En las menos de cien páginas de la edición de Siruela que he leído, ya que no puedo usar en este caso el verbo disfrutar, Lispector traza el retrato de la vida anodina de una joven, Macabea, la norestina. Es Macabea una pobre de solemnidad, pues su pobreza no es sólo económica, impregna todo su ser como fruto de una crianza desgraciada digna de un relato de Dickens. Y pobre y triste, muy triste, resulta su historia en la que entran y salen unos pocos personajes. Su pretendiente, un muchacho tan pobre como ella pero henchido de ambición, mezcla mezquina a más no poder, llamado Olímpico de Jesús. Y su compañera de trabajo, Gloria, una mulata cuyo nombre hace honor a su físico y que es el contraste de Macabea, lo mismo que el negro destaca sobre el blanco.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Pero quizá el principal personaje no sea ninguno de aquellos con cuyos hilos entreteje Lispector su historia. La originalidad de la novela reside en que el escritor se convierte en narrador y con ello rompe la cuarta pared como si de un personaje más se tratara.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">En cuanto a la escritura de Lispector, siempre poética, es precisa y certera sin perder por ello su capacidad evocadora de imágenes y sensaciones. Esta es para mí la principal cualidad de la novela y por la que os invito a leerla.</span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-Z_vQUpTdhMw/YMImxM3T76I/AAAAAAAADyw/a6kIvOqlatMZ69uS5cJic_zph7WfKWoDACLcBGAsYHQ/s2048/1623336598311.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-size: medium;"><img border="0" data-original-height="1538" data-original-width="2048" height="300" src="https://1.bp.blogspot.com/-Z_vQUpTdhMw/YMImxM3T76I/AAAAAAAADyw/a6kIvOqlatMZ69uS5cJic_zph7WfKWoDACLcBGAsYHQ/w400-h300/1623336598311.jpg" width="400" /></span></a></div><span style="font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><br /></div></span><div style="text-align: justify;"><br /></div>Javier de Vitoriohttp://www.blogger.com/profile/03767873692490916330noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8274074710762329005.post-59055304815125809892021-05-15T11:17:00.003-07:002021-05-15T11:19:28.346-07:00DE PROFUNDIS<p><span style="font-family: georgia; font-size: medium;"><i>De profundis</i> es una obra de singular belleza animada por un trágico e inmenso dolor, el que anima a un hombre a seguir viviendo después de perderlo todo, absolutamente todo.</span></p><p><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">El hombre al que hago referencia no es un hombre cualquiera. Oscar Wilde dirigió esta extensa carta a su amante, el entonces aspirante a escritor y poeta, Alfred Douglas, desde la celda donde fue encarcelado por su homosexualidad. Wilde, en la cumbre de su carrera literaria, se vio inmerso en un litigio con el padre de su joven amante. Y lo perdió, vaya si perdió... </span></p><p><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">Oscar Wilde no solo perdió la libertad durante los tres años que permaneció encerrado entre muros y barrotes. Perdió su fama. Perdió su riqueza. Perdió a su esposa e hijos. Perdió <i>el mundo hermoso del color y el movimiento</i> en el que él era arte y el Arte hablaba por su mano. </span></p><p><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">Con todo, a pesar de la desgracia que se cernió sobre la vida de Wilde en el instante en que conoció a Bosie (apelativo cariñoso con el que designaba a su joven amante), no es el rencor el motivo que le impulsa a escribirle. Sí, es cierto que le dedica epítetos como vanidoso, disoluto, manirroto o superficial. Sí, Wilde reconoce que su relación le sumió en una total degradación ética. Pero, en el fondo de <i>De profundis</i>, el genial escritor irlandés clama por el amor perdido, perdona al culpable de sus desgracias, renuncia al odio y tan sola reprocha al amante su silencio, su desapego, el que no sea capaz de hacer un mínimo gesto que venga a aliviar la inmensa tristeza que embarga a Wilde en la soledad de su infortunio.</span></p><p><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">Para entender mejor la obra, conviene recordar que Wilde se vio atrapado en un enfrentamiento visceral entre Alfred Douglas y su padre, el marques de Queensberry. Este último, un personaje peculiar de la sociedad victoriana de finales del siglo XIX, fue popular como creador de las reglas del boxeo moderno e hizo gala de un ateísmo extemporáneo y un carácter mujeriego que le granjeó el odio de su hijo. El marqués, a pesar de ser él mismo merecedor del hipócrita rechazo de la clase alta victoriana, se erigió en paladín de las buenas costumbres al regocijarse en la destrucción de la figura de Wilde, el dramaturgo de mayor éxito en décadas, un espíritu crítico de ideas cercanas al socialismo al que convirtió en un artista perverso e inmoral, logrando con ello castigar a su mezquino y caprichoso hijo al que despreciaba.</span></p><p><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">La prosa de <i>De profundis</i> es vibrante. Todas sus páginas, en especial la primera mitad de la obra, rezuma emoción y la sabiduría profunda de quién todo lo ha vivido y ya nada espera. La metáfora del jardín dividido en dos partes, la soleada y la sombría, el placer y el dolor, que Wilde ha tenido que conocer para convertirse en un artista completo, en un ser humano completo, me parece sublime.</span></p><p><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">Podría dejaros aquí una infinidad de citas, pero como espero que esta reseña sirva para acercaros a la obra con ganas de devorarla, en el mejor sentido de la palabra, me limito a incluir estas dos:</span></p><p><i><span style="font-family: georgia;"><span style="font-size: medium;"><span style="font-size: 18px;">«Rechazar las propias experiencias es detener el propio desarrollo. Negar las propias experiencias es poner una mentira en los labios de la propia vida.</span></span><span style="font-size: 18px;">»</span></span></i></p><p><i><span style="font-family: georgia;"><span style="font-size: 18px;">«Deliberadamente y sin que yo te invitara te metiste en mi esfera, usurpaste allí un sitio para el que no tenías ni derecho ni cualidades, y cuando mediante una persistencia singular, haciendo de tu presencia parte de todos y cada uno de los días, conseguiste absorber mi vida entera, no supiste hacer nada mejor que romperla en pedazos.</span><span style="font-size: 18px;">»</span></span></i></p><p><span style="font-family: georgia; font-size: medium;"><i>De profundis</i> está editado por Siruela.</span></p><p><span style="font-family: georgia; font-size: medium;"><br /></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-size: medium;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-L3qsnMOPvIk/YKAOdwzWUAI/AAAAAAAADxQ/ifIcwCe1vUow6qrpDk4z2UMQ7jzlzYgYACLcBGAsYHQ/s1438/1621098987396.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1438" data-original-width="1080" height="400" src="https://1.bp.blogspot.com/-L3qsnMOPvIk/YKAOdwzWUAI/AAAAAAAADxQ/ifIcwCe1vUow6qrpDk4z2UMQ7jzlzYgYACLcBGAsYHQ/w300-h400/1621098987396.jpg" width="300" /></a></span></div><span style="font-size: medium;"><br /><br /></span><p></p><p><br /></p>Javier de Vitoriohttp://www.blogger.com/profile/03767873692490916330noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8274074710762329005.post-39712113230866825402021-03-21T12:57:00.001-07:002021-03-21T12:57:20.639-07:00LA VIDA JUEGA CONMIGO<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span style="color: black; font-family: "Georgia",serif; font-size: 13.5pt; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Lo primero que pensé al oír hablar de la novela de
David Grossman fue «¡Qué buen título! Ojalá se me ocurrieran títulos tan buenos
como este para mis novelas». Sucedió mientras escuchaba en RNE una entrevista a
su traductora, Ana María Bejarano, en la que describía con pasión como había
sido el proceso de traer al español el texto original en hebreo y, en especial,
el fin de semana compartido con el autor junto a otros traductores a diferentes
lenguas. Grossman, lejos de desentenderse de su obra una vez publicada,
mantiene encuentros con sus traductores para trasladarles los significados
precisos y profundos de cada giro o expresión utilizada, de cada metáfora, de
cada pieza del puzle, en definitiva, que compone la novela a fin de
preservarlos en su mudanza a otras lenguas.</span><span style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 13.5pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Georgia, serif; font-size: 13.5pt;">Mi segundo pensamiento durante la entrevista admiró a
la traductora por tener la posibilidad de compartir de esa forma una obra con
su autor. Y no hablamos de un autor cualquiera, sino de un ganador del Booker y
permanente candidato al Nobel. Un escritor que se toma tantas molestias merece
ser leído y </span><i style="font-family: Georgia, serif; font-size: 13.5pt;">La vida juega conmigo </i><span style="font-family: Georgia, serif; font-size: 13.5pt;">es una excelente oportunidad para
comenzar a hacerlo.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Georgia, serif; font-size: 13.5pt;">Así fue como la novela llegó a mis manos y ya no pude
soltarla hasta leer el último agradecimiento de los recogidos al final de la
novela. Y es que </span><i style="font-family: Georgia, serif; font-size: 13.5pt;">La vida juega conmigo </i><span style="font-family: Georgia, serif; font-size: 13.5pt;">es una novela magnífica, que te
atrapa y, pese al deseo constante de leer más, te invita a detenerte y releer párrafos
enteros para saborear como se merece la cuidada prosa de Grossman.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Georgia, serif; font-size: 13.5pt;">No hay nada en </span><i style="font-family: Georgia, serif; font-size: 13.5pt;">La vida juega conmigo </i><span style="font-family: Georgia, serif; font-size: 13.5pt;">que
desentono o flaquee. Su construcción es excepcional. Sus personajes son tan
reales que casi puedes sentir su respiración a tu lado durante la lectura. Y la
trama, inspirada en una historia real, es tan dramática y descarnada como
emotiva y profunda.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><i><span style="font-family: Georgia, serif; font-size: 13.5pt;">La vida juega conmigo </span></i><span style="font-family: Georgia, serif; font-size: 13.5pt;">narra la historia de una familia judía. Tres mujeres
de tres generaciones distintas marcadas por un acontecimiento terrible producido
durante los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, en los que la extinta
Yugoslavia se sacudió el yugo soviético. La novela recupera un episodio
histórico no muy conocido por el gran público: la creación por el gobierno del
Mariscal Tito de sus propios gulags, a imagen y semejanza de los soviéticos,
para <i>reeducar</i> a sus compatriotas acusados de simpatizar con el comunismo,
todo por el bien de la doctrina socialista que le llevó a fundar el movimiento
de países no alineados durante los años de la guerra fría.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Georgia, serif; font-size: 13.5pt;">Esas tres mujeres, abuela, madre y nieta, junto con el
padre de esta última, hijastro de la primera y pareja de la segunda, viajan
desde Israel a Croacia en busca de las respuestas que permitan curar las heridas
que llevan décadas abiertas. Pero, para mí, sobre todo estamos ante una novela
acerca del AMOR, así, en mayúsculas. Amor es lo que liga a los cuatro personajes
de esta novela con lazos más fuertes que la sangre. Y amor es lo que trae al
presenta al quinto personaje, el abuelo desaparecido, sobre cuya ausencia
gravita, en cierta forma, toda la historia.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Georgia, serif; font-size: 13.5pt;">Y hasta aquí puedo llegar sin desvelaros nada. No
perdáis la ocasión de leer </span><i style="font-family: Georgia, serif; font-size: 13.5pt;">La vida juega conmigo.</i><span style="font-family: Georgia, serif; font-size: 13.5pt;"> Una novela como esta
es de las que no se olvidan.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Georgia, serif;"><span style="font-size: x-small;">Ficha
técnica:</span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><i><span style="font-family: Georgia, serif;"><span style="font-size: x-small;">La
vida juega conmigo</span></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span style="color: black; font-family: "Georgia",serif; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><span style="font-size: x-small;">Autor:
David Grossman. Traducción de Ana María Bejarano.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span style="color: black; font-family: "Georgia",serif; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><span style="font-size: x-small;">Editorial
Lumen, años 2020.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span style="color: black; font-family: "Georgia",serif; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><span style="font-size: x-small;">331
páginas.</span></span><span style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p></o:p></span></p><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-MMbHQP9uQlA/YFekQxGtDbI/AAAAAAAADt4/5WFi13MUT9YmfVkNZtaQGstfH-AR0W9JQCLcBGAsYHQ/s1563/1616349390325.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1563" data-original-width="1356" height="400" src="https://1.bp.blogspot.com/-MMbHQP9uQlA/YFekQxGtDbI/AAAAAAAADt4/5WFi13MUT9YmfVkNZtaQGstfH-AR0W9JQCLcBGAsYHQ/w348-h400/1616349390325.jpg" width="348" /></a></div><br /><div><br /></div>Javier de Vitoriohttp://www.blogger.com/profile/03767873692490916330noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8274074710762329005.post-79206061578273597882021-02-04T11:29:00.000-08:002021-02-04T11:29:24.298-08:00A SANGRE Y FUEGO<p><span style="font-family: georgia;"><span style="font-size: medium;">Tras unos meses en los que escribir se me había convertido en un tarea casi titánica por razones diverssas, regreso con la reseña de una de las lecturas que más me han impactado en este tiempo: la edición publicada por Espuela de Plata de <i>A sangre y fuego</i>, si no la obra más conocida, quizá la más valorada de Manuel Chaves Nogales.</span></span></p><p><span style="font-family: georgia;"><span style="font-size: medium;"><i>A sangre y fuego</i> es una colección de relatos que nos sumergen en el horror de la guerra civil española. La voz de Manuel Chaves Nogales, un reputado periodista librepensador y defensor de la república, se alza potente y clara a través de estas historias escritas en 1937, durante su exilio en Paris, para invocar un conjuro: el de que nunca más vuelva a verterse sobre el suelo de su patria la sangre de centenares de miles de inocentes sacrificados. </span></span></p><p><span style="font-family: georgia;"><span style="font-size: medium;">Chaves comienza el prólogo de su obra definiéndose a sí mismo de la siguiente manera: "<i>Yo era eso que los sociólogos llaman un «pequeño burgués liberal», ciudadano de una república democrática y parlamentaria</i>"; para desnudarse a continuación sin ambages alejándose tanto de los que ambicionaban el poder para mantener incólumes sus ancestrales privilegios, como de los que permitieron la corrupción de sus ideales hasta el punto de convertirse en el fiel reflejo de la maldad de su oponente, desdeñosos todos ellos de las vidas humanas segadas en la lucha, meras piezas prescindibles en la persecución de sus objetivos. </span></span></p><p><span style="font-family: georgia;"><span style="font-size: medium;">A sangre y fuego lleva por subtítulo Héroes, bestias y mártires de España porque esos, y no otra cosa, son los arquetipos de los personajes que pueblan sus relatos. Podría haber dicho también "monstruos", pues monstruosas son muchas de las acciones de uno y otro bando que relata sin caer en ningún momento en el pecado de la equidistancia, todas inspiradas en la cruda realidad que relata con el espíritu notarial del fiel periodista que fue, tan injustamente olvidado en los manuales de literatura e historia. Testigo del horror, Chaves no dudó en señalar las semejanzas del terror impuesto por unos y otros, pagando por ello el precio de quedar relegado al olvido durante décadas, tanto por los vencedores como por los vencidos de aquel conflicto fraticida cuyas consecuencias pagaron generaciones enteras de españoles de toda ideología, incluso los que jamás pergeñaron en su cabeza otro pensamiento que no fuera el pelear día a día contra la miseria imperante para poder alimentar y dar una educación a sus hijos.</span></span></p><p><span style="font-family: georgia;"><span style="font-size: medium;">Chaves representa a esa tercera España a la que las otras dos le declararon la guerra por preferir alinearse con la causa de la razón, la libertad y la justicia antes que con la barbarie impuesta. La verdad desnuda que rezuma de sus páginas debería convertirle en un autor de lectura obligada para los jóvenes españoles. No hacerlo sería negarles la mayor y más grande lección de historia, ética y ciudadanía que un autor español del siglo XX puede impartir hoy desde sus textos. </span></span></p><p><span style="font-size: small;"><span style="font-family: georgia;">NOTA: El ejemplar que tengo entre mis manos y veis en la fotografía es una deliciosa edición ilustrada en tapa dura que recoge muchas de las fotografías e ilustraciones de los periódicos que publicaron originalmente los relatos que componen esta obra. Además, incluye un prólogo de Andrés Trapiello que supone una excelente ventana para asomarse a la obra y conocer mejor al autor y sus circunstancias.</span></span></p><p><span style="font-size: small;"><span style="font-family: georgia;"> </span></span></p><p><span style="font-family: georgia;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-Ty8VijP5q80/YBxKf_6Dp8I/AAAAAAAADrg/hUdP6oVuq2Q_plAAAGRqA9a7rJOBcTPQACLcBGAsYHQ/s1877/1612355026330.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1877" data-original-width="1501" height="320" src="https://1.bp.blogspot.com/-Ty8VijP5q80/YBxKf_6Dp8I/AAAAAAAADrg/hUdP6oVuq2Q_plAAAGRqA9a7rJOBcTPQACLcBGAsYHQ/s320/1612355026330.jpg" /></a></div><br /><span style="font-size: medium;"><br /></span><p></p><p><span style="font-family: georgia;"><span style="font-size: medium;"> </span></span><br /></p>Javier de Vitoriohttp://www.blogger.com/profile/03767873692490916330noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8274074710762329005.post-82718145921083746222020-11-26T07:26:00.002-08:002020-11-26T07:42:25.691-08:0025 DE NOVIEMBRE: DÍA INTERNACIONAL DE LA ELIMINACIÓN DE LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER<p style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Hoy es jueves, el día en que suelo publicar mis entradas y ayer fue 25 de noviembre. Me hubiera gustado dejar aquí un artículo respecto al maltrato a las mujeres, asunto tan candente como doloroso, pero llevo varias semanas con el brazo en cabestrillo y con dificultad apenas puedo escribir estas pocas palabras, así que os dejaré unos párrafos de mi novela <i>Muerte de una cigüeña</i> para mostraros mi opinión sobre el tema, en línea con lo que narra su protagonista, Aissata Salek.</span></p><p><span style="font-size: medium;"> </span></p><p><!--[if gte mso 9]><xml>
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</p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: left; text-indent: 22.7pt;"><span style="font-size: medium;"><b><span style="font-family: "Times New Roman", "serif";"><<La memoria es algo curioso. ¿Sabéis?, aunque
creo que he llegado a dominar bastante bien vuestro idioma, a veces me cuesta
encontrar las palabras necesarias para expresar lo que me pasa por la cabeza.
Pues bien, ahora es una de esas ocasiones. Quisiera explicar cómo los recuerdos
van cambiando con el paso del tiempo, cómo lo que una vez fue tan doloroso que
hizo que deseara morir, un año después apenas es visto como un peldaño más en
mi descenso hacia los horrores del infierno, pero no consigo juntar las
palabras capaces de transmitiros lo que siento. Supongo que me cuesta sacar lo
que he guardado tan adentro, pero os prometo que lo intentaré. Estoy obligada
a ello.</span><span style="font-family: "Times New Roman", "serif";"> </span></b></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: left; text-indent: 22.7pt;"><span style="font-size: medium;"><b><span style="font-family: "Times New Roman", "serif";">No sé si
alguno de vosotros habréis tenido que enfrentaros a algo parecido. Me refiero a
lo que me sucedió en la playa la noche en que dejé atrás Mauritania para nunca
volver. Si sois mujeres, es posible que lo hayáis sufrido. Recuerdo ahora un
día de invierno en Madrid, unas semanas antes de morir. Una lluvia repentina me
obligó a refugiarme bajo el toldo de un quiosco junto a otras compañeras.
Apretadas unas contra otras y agradecidas del buen corazón del quiosquero que
nos permitía esperar bajo su lona a que dejara de llover, nos entreteníamos
echando un vistazo a las portadas de las revistas que, perfectamente alineadas,
componían un cuadro repleto de colores brillantes. Las que más nos atraían eran
esas que llaman <i>del corazón</i> y
muestran con grandes fotografías la vida de lujo y diversión de unos pocos
privilegiados. Como unas chiquillas, nos reíamos comentando el peinado de esta
o el bikini de la otra, que tan mal le sentaba con lo bien que le quedaría a
cualquiera de nosotras. En fin, mientras nos protegíamos de la lluvia
olvidamos por un instante por qué estábamos en la calle medio desnudas y
muertas de frío.</span><span style="font-family: "Times New Roman", "serif";"> </span></b></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: left; text-indent: 22.7pt;"><span style="font-size: medium;"><b><span style="font-family: "Times New Roman", "serif";">Yo, como
soy curiosa por naturaleza, no pude evitar apartarme un poco de mis compañeras
y meter la nariz en alguna de las muchas publicaciones que tenía expuestas el
quiosquero. Llevaba sin leer nada desde que abandoné a las monjas, y tantas
palabras de tamaños y colores diferentes, hablando de cosas tan distintas, me
excitaron tanto que empecé a leer aquí y allá lo que me iba encontrando sin
criterio alguno que me guiase. Pasé de las revistas a los fascículos y de ahí a
los periódicos que, aunque resultaban menos atractivos por su aspecto,
escondían en su interior mucha más lectura, por más que la mayoría de las cosas
de las que hablaban me resultaran desconocidas. Sin embargo, hubo una noticia
que llamó mi atención y no pude resistirme a leerla en voz alta. Alguien, un
hombre, representante de un organismo internacional, desde un despacho en
algún lugar muy lejos de aquellas calles, había anunciado después de muchos
años de trabajo sobre el tema que una de cada tres mujeres sufría violencia
sexual o física por parte de los hombres durante su vida. Apenas la hube leído
se hizo el silencio bajo la lona. En ese reparto del que hablaba la noticia,
ninguna de nosotras estábamos dentro del grupo de las afortunadas. Como si las
nubes me hubieran estado escuchando, la lluvia comenzó a caer aún con más fuerza.
Mi desnudez era tan grande que el frío y la humedad se agarraron a mis huesos y
me atravesaron el alma. Algunas nos cogimos del brazo, otras abrazaron a la que
tenían más cerca, y así aguantamos el chaparrón, haciendo que la pena
compartida fuera más soportable. No hubo ya bromas ni risas hasta que la lluvia
aflojó y aparecieron nuestros chulos para devolvernos entre insultos y
empujones al lugar en la acera que nos habían señalado.>></span></b></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: left; text-indent: 22.7pt;"><b><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: Calibri;"> </span></b></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 22.7pt;"><b><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: Calibri;"></span></b></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-CXgTd4GGLXM/X7_Mz55W5RI/AAAAAAAADpQ/vmTcG2ouJiwbvhcx2zVUKhiQT-yilhdbACLcBGAsYHQ/s2048/cartel-12.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="1463" height="400" src="https://1.bp.blogspot.com/-CXgTd4GGLXM/X7_Mz55W5RI/AAAAAAAADpQ/vmTcG2ouJiwbvhcx2zVUKhiQT-yilhdbACLcBGAsYHQ/w286-h400/cartel-12.jpg" width="286" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><b><br /> </b><p></p>
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<![endif]--></p>Javier de Vitoriohttp://www.blogger.com/profile/03767873692490916330noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8274074710762329005.post-11322739923573911812020-11-05T05:11:00.004-08:002020-11-05T06:19:16.999-08:00¿ES LA VIOLENCIA UNA FORMA LEGÍTIMA DE COMBATIR LA INJUSTICIA? MENGELE ZOO<p><span style="font-size: medium;"><b>Mengele Zoo</b> es una expresión brasileña para indicar que una situación está fuera de control y es también el título de la mejor novela que he leído en los últimos años. Por supuesto que ambos, título y expresión, hacen referencia al siniestro doctor Josef Mengele, pero la historia de <b>Mengele Zoo</b> no gira en torno al holocausto nazi ni a los experimentos de quién fue conocido como <i>el ángel de la muerte</i>. La historia escrita por el noruego Gert Nygardshaug denuncia otro holocausto </span><span style="font-size: medium;">que viene desarrollándose durante décadas de una manera tan silenciosa c</span><span style="font-size: medium;">omo mortífera: la destrucción de las selvas tropicales. </span></p><p><span style="font-size: medium;">Las selvas tropicales son la principal reserva de vida del planeta. Y su destrucción trae consigo el genocidio de los pueblos indígenas que en ella habitan así como la extinción de miles de especies vegetales y animales. Este es el sustrato en el que </span><span style="font-size: medium;"><span style="font-size: medium;">Nygardshaug planta la semilla de la historia de Mino, un niño nacido en las profundidad de la selva amazónica, que logra sobrevivir a la masacre de su pueblo cuando deciden plantar cara a los <i>gringos</i> y terratenientes que arrasan sus tierras en busca de petróleo. <br /></span></span></p><p><span style="font-size: medium;"><span style="font-size: medium;">La venganza de Mino contra todos aquellos que destruyen el planeta buscando el beneficio económico propio sin importarles el daño ocasionado al resto de la humanidad es el tronco de la trama de Mengele Zoo. </span></span><span style="font-size: medium;"><span style="font-size: medium;"><span style="font-size: medium;"><span style="font-size: medium;">El recurso del personaje de Mino a la violencia más extrema para lograr su objetivo, acabar con los responsables de un ecocidio que pone en peligro el futuro del planeta, lejos de provocar rechazo en el lector le ensalza a la categoría de héroe. </span></span></span></span></p><p><span style="font-size: medium;"><span style="font-size: medium;">Mengele Zoo, como las flores de un árbol amazónico, ofrece a los lectores momentos de una intensa belleza, pinceladas de realismo mágico y una riqueza descriptiva de especies vegetales y animales sin comparación posible con cualquier otra novela que haya leído (en ciertos momentos me ha recordado a Gerald Durrell, pero siendo infinítamente más ameno que este). Imagino que el proceso de documentación de </span></span><span style="font-size: medium;"><span style="font-size: medium;"><span style="font-size: medium;">Nygardshau. de quien dicen que gusta de viajar a Sudamérica y visitar excavaciones arqueológicas, ha sido tan extenso como riguroso, y se aprecia en su obra. </span></span></span></p><p><span style="font-size: medium;"><span style="font-size: medium;"><span style="font-size: medium;">Los lectores timoratos quizá no reciban bien esta obra, que en el año 2007 fue elegida como la mejor novela noruega de los últimos cien años. Y es que el autor no oculta en ningún momento su ideología (fue candidato en el partido RED noruego) y sus personajes no se muerden la lengua al denunciar la bajeza moral de los valores predominantes en nuestra sociedad: "<i>Has matado. Te has convertido en un asesino y un criminal. Nuestra escala de valores para lo que realmente es un asesinato y un homicio no cuenta. La moral de quienes poseen el poder les ha lavado el cerebro a tres cuartas partes de la humanidad</i>." (pág. 436)<br /></span></span></span></p><p><span style="font-size: medium;">No quiero terminar esta reseña sin destacar la hermosa cubierta del libro que coeditan con el esmero al que nos tienen acostumbrados Nórdica y Capitan Swing. No obstante, para próximas ediciones estaría bien que dieran un nuevo repaso al texto, ya que hay demasiadas erratas para un libro tan bien editado.</span></p><p><span style="font-size: medium;">Espero con impaciencia las dos novelas que cierran la trilogía de Mino. Ojalá que sean traducidas al castellano y publicadas en España antes de que los propietarios de los derechos cinematográficos de esta obra las lleven a nuestras pantallas. </span></p><p><span style="font-size: small;">NOTA: Hoy se inaugura en Barcelona la exposición fotográfica de mi admirado Gervasio Sánchez titulada "Activistas por la vida". Os dejo el enlace por si tenéis la fortuna de poder pasaros a verla.</span></p><p><a href="http://artssantamonica.gencat.cat/es/detall/Activistes-per-la-vida">http://artssantamonica.gencat.cat/es/detall/Activistes-per-la-vida</a><br /></p><p><span style="font-size: small;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-size: small;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-wzlJQAFx830/X6P5ebkDbJI/AAAAAAAADoY/OvMQ8LJ-oKAA6cT2tHVXlLVnm6Sd97cWgCLcBGAsYHQ/s1231/IMG_20201105_125429_620.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1231" data-original-width="923" height="400" src="https://1.bp.blogspot.com/-wzlJQAFx830/X6P5ebkDbJI/AAAAAAAADoY/OvMQ8LJ-oKAA6cT2tHVXlLVnm6Sd97cWgCLcBGAsYHQ/w300-h400/IMG_20201105_125429_620.jpg" width="300" /></a></span></div><span style="font-size: small;"><br /> </span><br /><p></p>Javier de Vitoriohttp://www.blogger.com/profile/03767873692490916330noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8274074710762329005.post-8007407843650524212020-10-08T03:00:00.000-07:002020-10-08T03:00:07.838-07:00¿PUEDE LA NATURALEZA SALVARNOS DE NOSOTROS MISMOS?<p><span style="font-size: large;">No sé si tú, que me lees, alguna vez te has planteado la pregunta que encabeza este artículo. Yo, si te soy sincero, jamás había considerado algo semejante. Pero sí lo he experimentado. Así que mi respuesta a la pregunta del título es SÍ, un sí tan rotundo como las mayúsculas en las que lo escribo.</span></p><p><span style="font-size: large;">La pregunta viene a cuento del libro del que vengo a hablaros <i>El sonido de un caracol salvaje al comer</i>, escrito por Elisabeth Tova Bailey y publicado en España por la editorial Capitán Swing el pasado año, aunque la edición original en inglés es del 2016. </span></p><p><span style="font-size: large;">Te aviso de que este es uno de esos libros inclasificables que son capaces de enamorar a un lector dotado con un mínimo de sensibilidad, por diminuta que sea esta. Si alguien lo califica de ensayo, no miente. Pero pretender describirlo con la palabra "ensayo" es quedarse corto, muy corto, porque el texto de Elisabeth Tova Bailey rezuma poesía en cada línea. Y es que estamos ante un libro que hace estallar las costuras de los géneros. Que la obra fuese merecedora del premio NOBA, un galardón que otorgan en Estados Unidos a la literatura sobre la naturaleza, da una ligerísima idea de lo que aborda, pero <i>El sonido de un caracol salvaje al comer </i>es mucho más que eso. Porque, además de todo lo ya dicho, es también es un relato autobiográfico.</span></p><p><span style="font-size: large;">Tras escuchar un par de reseñas en la programación cultural de RNE, adquirí <i>El sonido de un caracol salvaje al comer</i> para la biblioteca de mi instituto con la idea de utilizarlo como libro terapéutico. El hecho de que la protagonista se enfrentara a una enfermedad desconocida que la postraba en la cama y adquiriera el hábito de observar al caracol salvaje que el destino le había regalado como compañero de viaje, me pareció una historia que merecía ser compartida con mis alumnos. No os niego que soy de esos profesores a los que cualquier excusa les parece buena para hacer reflexionar a los adolescentes sobre su propia vida y la de quiénes les rodean. Y el libro de Elisabeth Tova Bailey me permitía visibilizar de forma indirecta algunas de las emociones que experimentan aquellos alumnos con graves problemas de salud a la vez que me facilitaba una herramienta capaz de ensanchar la perspectiva del resto de sus compañeros y, por qué no, desarrollar su empatía.</span></p><p><span style="font-size: large;">Hoy puedo deciros que el libro no me ha defraudado, muy al contrario. Creo que es este uno de esos libros a los que puedes regresar en cualquier momento, abrirlo por cualquiera de sus páginas, y encontrar un breve instante de disfrute en su lectura sea cual sea tu edad y condición.</span></p><p><span style="font-size: large;">Y sí, el libro habla de la vida y costumbres de los caracoles salvajes.</span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-185FsCJkc4A/X1YvCAcxEkI/AAAAAAAADlU/z9tmXsJvjk4MxeT0BZukHcR0Ie86UFDyACLcBGAsYHQ/s2048/IMG_20200903_200455_470%2B%25282%2529.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="1536" height="625" src="https://1.bp.blogspot.com/-185FsCJkc4A/X1YvCAcxEkI/AAAAAAAADlU/z9tmXsJvjk4MxeT0BZukHcR0Ie86UFDyACLcBGAsYHQ/w469-h625/IMG_20200903_200455_470%2B%25282%2529.jpg" width="469" /></a></div><br /><div>NOTA: Si después de leer este libro deseas saber más sobre la sorprendente vida de los caracoles, te recomiendo que visites este blog:</div><div><a href="http://www.caracolpedia.com/">http://www.caracolpedia.com/</a> </div>Javier de Vitoriohttp://www.blogger.com/profile/03767873692490916330noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8274074710762329005.post-89817697730995517862020-10-01T01:00:00.090-07:002020-10-01T01:00:00.288-07:00TODOS LOS POLÍTICOS SON IGUALES<div style="text-align: left;"><span style="font-size: medium;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-lu4GbUT74mI/X3Dg4MbbjhI/AAAAAAAADnE/4j1cJnWttA8PAh-lDocYZ6XiKGlckKy0QCLcBGAsYHQ/s1417/Promesa.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="945" data-original-width="1417" height="266" src="https://1.bp.blogspot.com/-lu4GbUT74mI/X3Dg4MbbjhI/AAAAAAAADnE/4j1cJnWttA8PAh-lDocYZ6XiKGlckKy0QCLcBGAsYHQ/w400-h266/Promesa.jpg" width="400" /></a></div><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-size: medium;"><span face="Helvetica, Arial, sans-serif" style="background-color: white; color: #1c1e21;"><i>Todos los políticos son iguales</i>. Llevo meses escuchando esta afirmación en foros de internet y redes sociales en los que se iguala a unos y a otros en ineptitud y desidia en la defensa de los intereses generales. Incluso uno de mis escritores actuales más respetados, Antonio Muñoz Molina, se permite repartir estopa sin reparos a diestra y siniestra del espectro político en su artículo del pasado domingo en el semanal de El País, cuyo enlace comparto con vosotros al final de esta entrada. </span></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-size: medium;"><span face="Helvetica, Arial, sans-serif" style="background-color: white; color: #1c1e21;"><br /></span></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-size: medium;"><span face="Helvetica, Arial, sans-serif" style="background-color: white; color: #1c1e21;">Aunque coincido en lo esencial con la tesis de Muñoz Molina, sin embargo, creo que no entra en la raíz del problema: tenemos los políticos que merecemos. A los que hemos votado o a los que hemos dejado gobernar en nuestro ayuntamiento, en nuestra comunidad o en el gobierno de la nación no yendo a votar a otras opciones políticas entre las muchas que se presentaban porque t<i>odos los políticos son iguales</i>. </span></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-size: medium;"><span face="Helvetica, Arial, sans-serif" style="background-color: white; color: #1c1e21;"><br /></span></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-size: medium;"><span face="Helvetica, Arial, sans-serif" style="background-color: white; color: #1c1e21;">Los ciudadanos españoles tenemos los políticos que merecemos cuando dejamo</span><span class="text_exposed_show" face="Helvetica, Arial, sans-serif" style="background-color: white; color: #1c1e21; display: inline;">s que la política sea cosa de otros y no nuestra. Cuando preferimos la comodidad de nuestro sofá frente a la participación activa en los asuntos que nos atañen, estamos dejando nuestras vidas en manos de incompetentes arribistas fruto del sistema de valores que predominan en nuestra sociedad. Tampoco podemos olvidar que un sistema de valores en el que se admira el triunfo fácil y rápido y se ridiculiza el fruto del esfuerzo continuado, se promueve el nepotismo frente al mérito y se engrandece la popularidad al tiempo que se ignora el prestigio es terreno abonado para una clase política más preocupada por su bienestar que por el de los gobernados. Que tire la primera piedra aquel que nunca haya celebrado alguno de estos anti-valores. </span></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-size: medium;"><span class="text_exposed_show" face="Helvetica, Arial, sans-serif" style="background-color: white; color: #1c1e21; display: inline;"><br /></span></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-size: medium;"><span class="text_exposed_show" face="Helvetica, Arial, sans-serif" style="background-color: white; color: #1c1e21; display: inline;">Debe ser herencia del franquismo, cuando la política era un asunto de jerarcas y significarse políticamente fuera del ideario del régimen era una actividad de riesgo, esta costumbre española de pensar que la política es eso que hacen otros y nunca lo hacen bien. Sobre todo si esos otros no son de los <i>nuestros</i>. Porque para algunos, las ideas políticas son una afinidad, una afiliación emocional que se lleva desde el nacimiento hasta la muerte y de la que no se mueven sino es para caer en el desaliento de t<i>odos los políticos son iguales</i>. </span></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-size: medium;"><span class="text_exposed_show" face="Helvetica, Arial, sans-serif" style="background-color: white; color: #1c1e21; display: inline;"><br /></span></span></div><span class="text_exposed_show" face="Helvetica, Arial, sans-serif" style="background-color: white; color: #1c1e21; display: inline;"><span style="font-size: medium;">No, amigo que me lees, de nada sirve decir que todos los políticos son iguales como si eso bastará para desvincularte de tus responsabilidades. En una democracia los ciudadanos están obligados a ejercer el control de sus políticos. Y es profundamente irresponsable votar con la mentalidad del hooligan o quedarse en casa dejando que sean otros los que decidan por uno mismo. Si tú nos les vigilas, si tú no castigas con tu voto, e incluso tu voz en la calle, sus incumplimientos, ¿cómo esperas que ellos vayan a cumplir la función para la que los elegiste?</span></span><div><span face="Helvetica, Arial, sans-serif" style="color: #1c1e21; font-size: medium;"><br /></span></div><div><span face="Helvetica, Arial, sans-serif" style="color: #1c1e21; font-size: medium;">Y sobre todo, si no cumplen, ¿por qué no pruebas con otros? O mejor aún, ¿por qué no lo intentas tú? Yo os aseguro que lo intenté. Pero ese asunto daría para otro artículo. </span></div><div><span face="Helvetica, Arial, sans-serif" style="background-color: white; color: #1c1e21;"><span style="font-size: medium;"><br /></span></span></div><div><span face="Helvetica, Arial, sans-serif" style="background-color: white; color: #1c1e21;"><span style="font-size: medium;">Lo que quiero deciros es que, a pesar de la decepción vivida, sigo creyendo que nosotros, los hombres y mujeres que pagamos impuestos y nos esforzamos cada día por seguir a flote en medio del maremoto que nos asola, tenemos el poder de renovar nuestra clase política. En momentos de crisis como este es cuando más se necesita a la sociedad civil en la primera línea de combate contra los vicios de la mala política. La dimisión de Emilio Bouza, el prestigioso catedrático de medicina elegido de manera consensuada por el gobierno de la nación y el de comunidad de Madrid es un triste ejemplo de lo que puede ocurrirte cuando das un paso al frente. Los políticos no suelen tratar bien a los civiles que se inmiscuyen en su terreno y pretenden conservar la independencia, pero no hay alternativa. Hacen falta miles de personas honradas y cabales dispuestas a trabajar por el bien de todos. Personas dispuestas a anteponer el progreso de la mayoría frente a los privilegios de unos pocos.</span></span></div><div><span face="Helvetica, Arial, sans-serif" style="background-color: white; color: #1c1e21;"><span style="font-size: medium;"><br /></span></span></div><div><span face="Helvetica, Arial, sans-serif" style="background-color: white; color: #1c1e21;"><span style="font-size: medium;">¿Eres tú uno de ellos?</span></span></div><div><span face="Helvetica, Arial, sans-serif" style="background-color: white; color: #1c1e21; font-size: large;"><br /></span></div><div><span face="Helvetica, Arial, sans-serif" style="background-color: white; color: #1c1e21;"><span style="font-size: x-small;">NOTA: Este es el enlace al artículo de Antonio Muñoz Molina en el País</span></span></div><div><span face="Helvetica, Arial, sans-serif" style="background-color: white; color: #1c1e21;"><a href="https://elpais.com/opinion/2020-09-26/la-otra-pandemia.html?fbclid=IwAR2sBYDiLSJnfoxpGQ8Ki85RTafEQscJXerqZ_uBSJQMnW7BpaizGj-hO74"><span style="font-size: x-small;">https://elpais.com/opinion/2020-09-26/la-otra-pandemia.html?fbclid=IwAR2sBYDiLSJnfoxpGQ8Ki85RTafEQscJXerqZ_uBSJQMnW7BpaizGj-hO74</span></a><br /></span></div>Javier de Vitoriohttp://www.blogger.com/profile/03767873692490916330noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8274074710762329005.post-77258305794896527042020-09-25T09:01:00.000-07:002020-09-25T09:01:57.795-07:00SALAMANDRA<p> <span style="font-size: large;">Tú, que me lees con atención, te habrás dado cuenta de que este blog no es el típico blog de escritor en el que se dan consejos sobre escritura y se habla de novelas de género (habitualmente el mismo que trabaja el autor). En este cajón de sastre cabe la poesía, el relato, la opinión sobre lo divino y lo humano (incluida la política) y, por supuesto, reseñas. La única condición que tienen en común todas las publicaciones de este blog es que yo soy el autor de todos los texto y las fotografías.</span></p><div><span style="font-size: medium;"><br /></span><div><span style="font-size: medium;">Hoy quiero dejaros un relato. Le he titulado <i>Salamandra</i>, aunque en realidad no tiene título porque este va a ser la primera vez que lo presente separado de su texto original. Me explico...</span></div><div><span style="font-size: medium;"><br /></span></div></div><div><span style="font-size: medium;">Incluir un relato dentro de mis novelas es para mí algo así como una firma. No es que estos relatos sean algo ajeno al texto de la novela, al contrario, intento que estén perfectamente imbricados en ellas. Pero, al mismo tiempo, me gusta imaginarlos dotados de vida propia, más allá de la narración completa, y que puedan ser leídos como una unidad sin fisuras lejos de las páginas del libro que les vio nacer.</span></div><div><span style="font-size: medium;"><br /></span></div><div><span style="font-size: medium;">El relato que os traigo apareció en mi primera novela <i>Los niños rata (Villaverde Blues)</i>. Con él, pretendía aportar unas pinceladas de lirismo a la crudeza de la trágica historia de Othmane, uno de sus protagonistas. Opino que en la literatura, igual que en la cocina, los contrastes siempre enriquecen. Y, más allá del binomio dulce-salado, existe un mundo de agridulces por explorar. </span></div><div><span style="font-size: medium;"><br /></span></div><div><span style="font-size: medium;">¿Me acompañas?</span></div><div><span style="font-size: medium;"><br /></span></div><div><span style="font-size: medium;"><br /></span></div><div><i><span style="font-size: medium;">SALAMANDRA</span></i></div><div><p class="MsoNormal" style="line-height: 24px; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-size: medium;">Allá, en Tetuán, había un rincón en el que siempre me sentía feliz. Estaba en la medina, al fondo de un callejón encalado de azul. La casa de mis abuelos estaba justo a la entrada del callejón y al fondo vivía una señora extranjera, no sabía si francesa u holandesa o algo así, que cuando se cruzaba con mis abuelos, les saludaba con un acento raro. Mi abuela nunca devolvía sus saludos, simplemente la ignoraba, y mi abuelo respondía con una ligera inclinación de cabeza. Mis abuelos nunca querían hablar de ella y no les gustaba que tuviera trato conmigo, por eso siempre me advertían de que si la extranjera salía a fumar a la puerta de su casa, yo debía regresar inmediatamente a la suya. Pero yo quería saber más de aquella señora que debía tener más o menos la misma edad que mi abuela y, que sin embargo, era tan diferente a ella. Cada vez que iba a visitarlos, yo les pedía permiso para salir a jugar fuera. Dando patadas a una piedra o conduciendo un tapón por carreteras que imaginaba entre las grietas del suelo, el juego siempre terminaba al final del callejón. La primera vez me sorprendió buscando mi piedra entre las macetas de geranios rojos, rosas y amarillos y la enorme mata de hierbabuena que crecía en un cubo de metal. Ella llevaba los labios pintados de color rojo y los rizos rubios le caían sobre un lado de la cara dejando al descubierto solo un ojo, de color verde, maquillado con una pintura que dejaba el párpado pintado de una tonalidad parecida a la del ojo y rodeado de un espeso marco negro que lo hacía resaltar y que tapaba en parte algunas arrugas. Eso fue lo que me impidió darme cuenta aquella vez. Ella hablaba con voz muy suave y sujetaba un cigarrillo entre los dedos de su mano izquierda. Yo pensé que me iba a regañar por haber tocado sus macetas, pero en lugar de eso se agachó y sacó una piedra blanquísima y plana, mucho mejor que la que mía, de detrás de un geranio lleno de flores. Después se levantó y le dio una calada profunda al cigarrillo, como si mientras fumara estuviera considerando qué hacer con la piedra que guardaba en su puño cerrado. Yo la miraba recordando la advertencia de mis abuelos, pero mis pies parecían clavados al suelo. Entonces se aproximó a mí y, muy lentamente, la dejó caer sobre la palma de mi mano, que yo, sin darme cuenta, había abierto y extendido. Era la piedra más brillante que jamás había visto, sin una sola mancha ni línea de otro color, completamente blanca. Yo me quedé contemplando la piedra, inmóvil y mudo, hasta que ella comenzó a acariciarme la línea de la frente en la que nace el pelo, recorriéndola con la yema del dedo gordo de la mano que sostenía el cigarrillo, desde una oreja hasta la otra. Fue ahí, en ese instante, cuando eché a correr hacia la casa de mis abuelos, envuelto en una nube de aroma desconocido para mí.<o:p></o:p></span></i></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 24px; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-size: medium;">En la siguiente ocasión en que visité a mis abuelos, apenas me dejaron salir a jugar me atreví a sentarme en los escalones de la entrada a la casa de la extranjera, y desde allí me esforzaba por descubrir ese olor tan particular que se me había quedado grabado en la memoria o, al menos, escuchar algo de lo que sucedía dentro que me permitiera conocer quién era esa mujer y qué hacía allí, al fondo de ese callejón, viviendo al lado de mis abuelos y, sin embargo, tan diferente a ellos. El único ruido que pude escuchar fue el del cerrojo antes de abrirse la puerta y verla aparecer con sus mechones rubios tapándole medio rostro y un vestido de color púrpura que dejaba al descubierto sus finos tobillos permitiéndome verle los pies con las uñas pintadas del mismo color. Me quedé mirándolos embobado, ya que por aquel entonces los únicos pies de mujer que había visto eran los de mi madre y mi hermana, y no tenía ni idea de que existiera esa costumbre entre algunas mujeres. Ella conocía mi nombre, sin duda debía habérselo escuchado a mis abuelos, y me ofreció un dulce que yo acepté encantado, pero en cuanto se dirigió a buscarlo dejando tras de sí el rastro de las gasas del vestido flotando en el aire, apareció mi abuela en mitad del callejón y, a gritos, me obligó a regresar a su casa no sin antes arrearme un pescozón justo al cruzar el umbral.<o:p></o:p></span></i></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 24px; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-size: medium;">Nunca supe cómo se llamaba. Tampoco llegué a probar sus dulces. Parece que cuando lo estás pasando bien y sientes que estás lanzado y que todo va a irte genial y que si pasa algo ese algo solo puede hacer que todo vaya mejor, siempre sucede algo que te lo estropea. Es como cuando era pequeño, muy pequeño, ni siquiera había empezado a ir al colegio, y un día de verano me llevaron a la playa. Mi madre había llenado dos cestos de fruta y bocadillos y un termo muy grande de té frío, y mi padre los había cargado en la parte de atrás de la vieja furgoneta que mi tío le había prestado. Mi hermana ya había estado, antes de que yo naciera, y cuando llegamos, se bajó rápidamente del coche y se fue derecha a la orilla a meter los pies en el agua. La arena estaba muy caliente, quemaba los pies, pero yo corría descalzo como un loco con los brazos abiertos sintiendo la brisa del mar en todo el cuerpo. Mi madre me llamaba a gritos, pero yo no la escuchaba. Miraba al cielo y me creía una gaviota planeando en círculos sobre el agua, y claro, las gaviotas no atienden a las llamadas de las personas. Corría sin parar girando y haciendo eses hasta que choqué con aquel tipo barbudo que vendía relojes y caí al suelo. Todos los relojes se esparcieron por la arena y me empezó a sangrar la nariz. El tipo no dejaba de maldecir mientras recogía los relojes y los soplaba para quitarles la arena, y mi madre se asustó y ya no me dejó moverme de su lado en todo el día. Es como ahora, cuando la siento a mi lado, y quiero decirle: “Mamá, llévame de aquí”, y creo que esta vez sí me escucha, pero entonces se abre un pozo negro ante mí y todo se vuelve silencioso y oscuro, y ya no siento nada. Parece que la vida siempre te deja con las ganas.<o:p></o:p></span></i></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 24px; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-size: medium;">Yo no sabía por qué, pero en el fondo de aquel callejón me sentía bien. En verano, cuando el sol más apretaba y era imposible encontrar a alguien en la calle, sentado en los escalones de aquella mujer se estaba fresco y se respiraba el olor de los geranios y la hierbabuena. Mi abuela me había advertido de lo que ocurriría si me volvía a pillar hablando con ella y yo tenía claro que eso no volvería a ocurrir porque aún recordaba el escozor del último pescozón. Sobre el muro frente a su puerta, una salamanquesa sesteaba a la sombra y yo, desde los escalones, probaba mi puntería arrojándole piedrecitas que la salamanquesa parecía ignorar, lo que hacía que yo siguiera insistiendo. Tan distraído estaba con mi tarea que no me di cuenta de su presencia hasta que me giré para buscar alguna piedrecita tras de mí. Ella estaba apoyada en el quicio de la puerta, con la larguísima falda roja entreabierta dejándome ver la piel lechosa y fofa de sus piernas hasta más allá de la rodilla. Yo me quedé mirándola sin saber qué decir y ella sonrió y le dio una calada a su cigarrillo. Se escuchaba el zumbido de un moscardón aproximándose y yo me di la vuelta para localizarlo. El moscardón voló por encima de mí y se dirigió directo hacia ella, que con un manotazo lo alejó de sí apartando los rizos rubios que siempre le cubrían el lado izquierdo de la cara. Me quedé pasmado. No podía creer lo que estaba viendo y ella, quizá sorprendida, quizá divertida, no lo sé, detuvo el gesto de tapar su rostro con el pelo que se había movido y dejó que la examinara a mi antojo. Jamás habría podido imaginar lo que ocultaban sus mechones. Alguna vez lo había pensado y se me ocurría que quizá una horrible marca de nacimiento o una horrorosa cicatriz fueran la causa de aquel peinado, pero no aquel ojo, tan distinto a su hermoso ojo verde. Jamás pude imaginar que una persona pudiera tener un pupila como aquella de color violeta rodeada de unas venas rojas tan sanguinolentas que parecía como si estuviera a punto de llorar sangre. Pero con todo, no era eso lo más extraño de aquel ojo ni lo que consiguió aterrorizarme hasta dejarme completamente paralizado y sin respiración. Fue apenas un instante tras la sorpresa inicial, pero duró lo suficiente para que pudiera advertir entre parpadeo y parpadeo cómo el círculo de color violeta de su pupila se estrechaba hasta convertirse en una fina línea vertical del mismo color, idéntica en su forma a las de los ojos del reptil que, adherido al muro, observaba con atención el vuelo del insecto.<o:p></o:p></span></i></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 24px; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-size: medium;">El ruido de la llave en la puerta de mis abuelos me hizo apartar la mirada de aquel ojo y levantarme de un salto. Eché a andar hacia la casa de mis abuelos no sin antes volver la vista atrás. En la sombra, sobre la fresca pared del callejón encalada de azul, la salamanquesa se regodeaba deglutiendo al grueso moscardón.</span></i></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 24px; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-size: medium;"><br /></span></i></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 24px; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"></i></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-lxWX5MuOXWk/X2OmzHIAyHI/AAAAAAAADmI/AKGU3AbKnjYXEOj-MXs6sXKayDC-dlHDwCLcBGAsYHQ/s400/IMG_20200908_133733_257.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="400" data-original-width="351" height="320" src="https://1.bp.blogspot.com/-lxWX5MuOXWk/X2OmzHIAyHI/AAAAAAAADmI/AKGU3AbKnjYXEOj-MXs6sXKayDC-dlHDwCLcBGAsYHQ/s320/IMG_20200908_133733_257.jpg" /></a></i></div><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><br /><span style="font-size: medium;"><br /></span></i><p></p></div>Javier de Vitoriohttp://www.blogger.com/profile/03767873692490916330noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8274074710762329005.post-7724628513909274372020-09-17T13:42:00.001-07:002020-09-17T15:31:20.020-07:00MALAS COSTUMBRES<div class="separator"><p style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1536" data-original-width="2048" height="300" src="https://1.bp.blogspot.com/-S3JoIIUEi-U/X2PHbUXevuI/AAAAAAAADmY/KrOSc16WoocWQmNUvGQrBiMLBgu1aROPACLcBGAsYHQ/w400-h300/IMG_20191208_165702_401_20191208183114548.jpg" width="400" /></p></div><p><span style="font-size: medium;">La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, aseguró esta semana en la sede del parlamento regional que la mayor transmisión del COVID en barrios como Carabanchel, Vallecas, Usera o Villaverde y pueblos como Getafe, Parla o Fuenlabrada tiene que ver con el "modo de vida de nuestros inmigrantes". Así, con un par y un "nuestros" colgado de la frase cual ambientador con aroma a paternalismo que no logra disimular el tufo racista de sus declaraciones. Una horas antes, el periodista Federico Jiménez Losantos había predicado en su púlpito radiofónico que gran parte de la culpa del elevado número de contagiados por coronavirus en la región se debía a las costumbres de "los hispanos". Que estas declaraciones se produjeran a los pocos días de que toda España pudiera ser testigo de la agresión sufrida en el metro de Madrid por una pareja de "hispanos" da mucho que pensar sobre las intenciones de tales declaraciones.</span></p><p><span style="font-size: medium;">A mí, sin ir más lejos, me vino a la cabeza la historia de JM. Pongo aquí las iniciales de su nombre, pero podrían ser las de otros muchos nombres, ya que la situación en la que vivía JM cuando lo conocí era y es, por desgracia, la de muchísimas personas en nuestro país. JM tenía catorce años, había llegado a Madrid hacía unos meses procedente de Colombia, y se quedaba dormido todas las mañanas sobre el pupitre del instituto sin importarle la asignatura que tocara: todas le servían para echar una cabezadita. Pasaron varias semanas hasta que descubrimos que JM dormía en una <i>cama caliente</i>. Quién no sepa qué es una cama caliente, que piense en su cama mullida y acogedora e imagine que tuviera que compartirla a turnos con dos o tres personas más. Eso es una cama caliente: un colchón con una manta y una almohada que siempre está ocupada. En el caso de JM, le correspondía el turno de día. Apenas salía del instituto después de llenar el estómago gracias a la beca de comedor, JM llegaba a su casa y se echaba a dormir hasta la noche. Entonces era el turno de su tío, quien después de diez o doce horas trabajando tenía el privilegio de acostarse en el colchón que JM acababa de abandonar hasta que a las seis de la mañana se levantaba para volver al tajo y a JM apenas le quedaba tiempo para echarse un rato antes de salir camino del instituto. </span></p><p><span style="font-size: medium;">No sé Díaz Ayuso y Jiménez Losantos se referían al <i>modo de vida</i> y a las <i>costumbres</i> de JM y su familia. O simplemente desconocen cómo sobreviven muchas personas en los barrios más alejados de la zonas nobles (o pijas, por qué no) que supongo frecuentan después de ver como se las gasta una en hoteles en plena pandemia, y el otro enseñarnos su casa en compañía de Bertín Osborne, ese gran patriota enemistado con la hacienda pública. Cerrar los ojos a la evidencia de que el mayor número de casos de COVID en esos barrios tiene que ver con cuestiones como la precariedad laboral o la dificultad para acceder a una vivienda digna no es inocente. Detrás de ella se esconde el intento de culpar a un colectivo para esconder las responsabilidades de los responsables de la gestión de la pandemia, que son los mismos que debían haber desarrollado las políticas sociales necesarias para que nadie se viera obligado a vivir según esos <i>modos </i>y <i>costumbres</i> tan insalubres. Como en el trile, nos enseñan la bolita unos instantes para que fijemos nuestra atención en ella y perdamos de vista los vagones de metro repletos en hora punta, las aulas llenas de niños con unos pocos centímetros de separación, o la ausencia de esos rastreadores comprometidos meses atrás. </span></p><p><span style="font-size: medium;">La mentira sí es una mala costumbre de ciertos políticos. Y qué decir de cierta clase de periodistas. No lo es la precariedad laboral que obliga a saltarse la cuarentena o a no reconocer que se padece la enfermedad a aquellos de cuyo trabajo depende el que haya comida en la mesa para sus hijos. Y si no existe la opción del teletrabajo para los obreros, camareros, limpiadores, mensajeros, repartidores y tantas otras profesiones en las que el contrato más frecuente es de obra (o más corto aún) no es por su <i>modo de vida</i>, sino porque la sociedad requiere de sus servicios imprescindibles y los poderes públicos no son capaces de garantizarles la seguridad necesaria. ¿Qué seguridad laboral puede haber para quiénes tienen la certeza de que su ausencia del trabajo por enfermad les supondrá el despido? ¿Qué cuarentena puede cumplirse en un piso de cincuenta metros cuadrados con tres habitaciones diminutas en el que malviven otras tantas familias? </span></p><p><span style="font-size: medium;">A los dos, a Díaz Ayuso y a Jiménez Losantos, les pediría que escucharan la entrevista que en el Informativo 14 horas de RNE hicieron al doctor Mario Chico, médico intensivista del Hospital 12 de octubre (a dónde acuden los pacientes de Usera y Villarde) y presidente de la sociedad madrileña que reúne a los especialistas en esa faceta de la medicina tan presente en las unidades de cuidados intensivos. Decía el doctor Chico que una costumbre cultural no se cambia en unos meses. Sostenía su afirmación explicando que, si fuera posible hacerlo, ya habríamos acabado con los accidentes de tráfico producidos por una distracción al volante o el exceso de velocidad. No, por desgracia no es posible cambiar el <i>modo de vida </i>de las personas en unos pocos meses. Pero lo que sí era posible es haber planteado medidas que previnieran esta segunda oleada de COVID y redujeran sus efectos. Por ejemplo, contratando personal sanitario o mejorando la coordinación entre UCIs. Y según los expertos, como el citado doctor, nada de eso se ha hecho.</span></p><p><span style="font-size: medium;">Mañana comparecerá algún responsable del gobierno de la Comunidad de Madrid para anunciar las medidas de restricción de la movilidad, un eufemismo para no decir confinamiento, esa palabra con tan malos recuerdos. Un castigo más para unos barrios y pueblos del sur de la capital que parecen castigados a sufrir la desigualdad. Y es que, como dice el viejo refrán castellano: </span><span style="font-size: medium;">"En casa del pobre, ni vino ni odre".</span></p><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div>NOTA: Os dejo el enlace a la entrevista con el doctor Mario Chico en el programa Informativo 14 horas de Radio Nacional de España.<p></p><p><a href="https://www.rtve.es/alacarta/audios/14-horas/madrid-coronavirus-uci-hospitales-situacion/5664142/">https://www.rtve.es/alacarta/audios/14-horas/madrid-coronavirus-uci-hospitales-situacion/5664142/</a><br /></p>Javier de Vitoriohttp://www.blogger.com/profile/03767873692490916330noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8274074710762329005.post-15303864087018148112020-09-10T03:00:00.001-07:002020-09-10T03:00:04.980-07:00PAN Y TOROS: UNA LECTURA IMPRESCINDIBLE PARA ENTENDER EL PENSAMIENTO ANTITAURINO ESPAÑOL<span style="font-size: large;">En los tiempos previos al COVID y a la negativa de Messi a seguir jugando en el F.C. Barcelona, había pocas cuestiones en España capaces de polarizar más a la población que la tauromaquia. Y eso a pesar de que el veintitrés por ciento de la población española se declara indiferente cuando le preguntan si piensa que los toros son una tradición a proteger y conservar como seña de identidad cultural o, muy al contrario, debería ser extinguida.</span><div><span style="font-size: large;">En la encuesta realizada por la empresa británica Ipsos Mori en 2015, tan solo el diecinueve por ciento de la población encuesta apoyaba a la tauromaquia, frente al cincuenta y ocho por ciento que se oponía a la misma. Y a pesar de lo apabullante de estas cifras, en España la tauromaquia es cuestión de estado, bien de interés cultural y es protegida por administraciones públicas de todo signo político. ¿Cómo es esto posible?</span></div><div><span style="font-size: large;">A estas y otras cuestiones trata de responder Juan Ignacio Codina Segovia en el libro <i>Pan y toros. Breve historia del pensamiento antitaurino español</i>, publicada en el año 2018 por Plaza y Valdés Editores. <i>Pan y toros</i> es un ensayo escrito con afán didáctico en el que se recogen los principales hallazgos de una rigurosa investigación: la que llevó a su autor a doctorarse en Historia Contemporánea.</span></div><div><span style="font-size: large;">Juan Ignacio Codina se remonta a los tiempos de Alfonso X El Sabio, el primer antitaurino del que existe registro escrito al calificar a los toreros como "infames" en sus Leyes de Partida, y desde él recorre a las principales figuras antitaurinas hasta llegar a figuras destacadas de la actualidad por su lucha contra el maltrato animal como la escritora Rosa Montero o la periodista Ruth Toledano. Así, personajes históricos como Goya, Blanco White, Jovellanos, Juan Ramón Jiménez o Emilia Pardo Bazán pueblan las páginas de este libro breve pero iluminador, a la vez que ameno.</span></div><div><span style="font-size: large;">El autor plantea en su texto preguntas como por qué la tauromaquia es un obstáculo histórico para el progreso y la regeneración social, o de qué herramientas se han servido los taurinos a lo largo de los siglos (y muy en especial en los últimos doscientos años) para silenciar a aquellos que clamaban por la abolición de los toros.</span></div><div><span style="font-size: large;">Sin embargo, y aún siendo estos asuntos importantes, para mí, que tengo una sensibilidad cercana a la de Juan Ignacio Codina respecto a los animales, como habréis podido comprobar los que hayáis leído mis novelas, lo más impactante de <i>Pan y toros</i> es como refuta con datos la falacia del antiespañolismo, el sambenito que los taurinos cuelgan a quienes no comparten el gusto por su "afición". O la sorpresa de de descubrir como en determinados períodos históricos los toros fueron oficialmente abolidos en España (aunque no en la práctica), hecho creo que desconocido para la inmensa mayoría de los españoles. Y, como no podía ser menos, dado el título del libro, el uso de los toros como herramienta de control social es también abordado con precisión en su ensayo. Aspecto este último de la tauromaquia muy actual, si pensamos en los motivos que han llevado a la autorización de festejos taurinos en diversas localidades del estado durante las últimas semanas a pesar de encontrarnos en plena pandemia.</span></div><div><span style="font-size: large;">En definitiva, <i>Pan y toros</i> de Plaza y Valdés Editores, es una lectura muy recomendable para quienes quieran acercarse sin prejuicios a la cuestión taurina y estén dispuestos a conocer hechos y opiniones históricos que, a pesar del paso del tiempo, siguen siendo plenamente válidos.</span></div><div><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-x76wz-KvPpA/X1IgEpKR9CI/AAAAAAAADkc/RYS3HYWgrBYMojaTy94L1vipGGf7uCnqgCLcBGAsYHQ/s2048/IMG_20200904_130028_801.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="1536" height="500" src="https://1.bp.blogspot.com/-x76wz-KvPpA/X1IgEpKR9CI/AAAAAAAADkc/RYS3HYWgrBYMojaTy94L1vipGGf7uCnqgCLcBGAsYHQ/w375-h500/IMG_20200904_130028_801.jpg" width="375" /></a></div><br /><div><br /></div>Javier de Vitoriohttp://www.blogger.com/profile/03767873692490916330noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8274074710762329005.post-50577658711734960942020-09-03T01:00:00.001-07:002020-09-03T03:52:57.545-07:00COMO NO CAER EN LA ADICCIÓN AL OPTIMISMO (MANDEMOS A MR. WONDERFUL A TOMAR POR DONDE AMARGAN LOS PEPINOS)<p><span style="font-size: large;">Los tiempos que vivimos son intrínsecamente duros. Nadie puede
negarlo. La pandemia que nos golpea, y que ha venido para quedarse, va a
condicionar nuestras vidas durante los próximos años. Todos los expertos, desde
los sanitarios hasta los gurús de la economía, pasando por los investigadores
más reconocidos nos señalan la cruda realidad.</span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-size: large;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: large;">Frente a este mensaje inclemente, surgen otros que nos
invitan a sonreír, a pensar que en apenas unos meses todo volverá a ser como
era antes de que conociéramos el significado de las siglas COVID, a ser
imprudentemente optimistas. Y es que el optimismo está peligrosamente sobrevalorado.
Es más, si de mi dependiera, estaría rigurosamente prohibido por sus efectos
nefastos para la humanidad.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: large;">En nuestra sociedad triunfan los optimistas, para que vamos
a negarlo. En los trabajos, en la cultura, en la política… Desde un tiempo a
esta parte, nos asola una ola de optimismo infantil e iluso que tacha de cenizo
a todo aquel que ose formular una crítica y le relega al ostracismo. Tú que me
lees, si pretendes triunfar en algo recuerda esta fórmula de éxito infalible:
todo lo que sucede a tu alrededor es maravilloso. No dejes de repetirlo. Da
igual si tu jefe no sabe distinguir su cara de su culo y todos vais de cabeza
por culpa de su incompetencia. Agradécele la oportunidad que os brinda de
crecer frente a las dificultades y aplaude su buena intención. Mira a los
políticos, ellos ingresan de jovencitos en las organizaciones juveniles de los
partidos y a bases de sonrisas y genuflexiones frente al jefe de turno hacen carrera sin haber pegado un sello en su puñetera vida.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: large;">Y es que el pesimista resulta muy antipático. Pero que injusticia
tan descomunal se comete con ellos… Los pesimistas son los que hacen que la
sociedad evolucione. Ellos nos salvan de innumerables peligros señalándonoslos
antes de que acontezcan. Gracias a su pesimismo, y a poco que el optimista al
mando tenga el gramo de sensatez necesario para escucharle, podemos anticiparnos
y evitar el daño. Porque reconozcámoslo: la humanidad avanza
gracias a los pesimistas y a su espíritu crítico. Ellos nos hacen evolucionar con su
constante deseo de mejora. ¡Ya es hora de que se lo agradezcamos! De no ser por algún antepasado pesimista, un homo sapiens gruñón torturado por el reuma que hace miles de años pronosticó un futuro muy negro para la especie de no abandonar el ambiento húmedo e insalubre de las cuevas donde se refugiaban, todavía viviríamos en agujeros y encenderíamos fuego con
pedernal.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: large;">Así que la próxima vez que veas una tacita con un mensaje
optimista y bobo, o caiga en tus manos un libro de autoayuda de esos que te
dicen cómo ser feliz en diez sencillos pasos, por favor, no caigas en la trampa. El optimismo
es tan empalagoso como el almíbar y tan adictivo como la heroína. Una vez
enganchado te arruinará la vida a ti y a todos lo que te rodean. No digas que
no estás avisado.</span><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal"><i><span style="font-size: medium;">NOTA: La foto que acompaña este artículo es de Brian Haw, todo un héroe de la protesta. Se la hice en el año 2007 frente al parlamento británico. No dejes de visitar la página que le dedica Wikipedia para saber más sobre él.</span></i></p><p class="MsoNormal"><a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Brian_Haw" target="_blank"><span style="font-size: medium;">https://es.wikipedia.org/wiki/Brian_Haw</span></a><br /></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-5JWo46thb_M/X06eDgcbh-I/AAAAAAAADkQ/yEAyWtiFi2INzy1MRxSK-nROpJZYapXzgCLcBGAsYHQ/s2048/IMG_0049.JPG" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1536" data-original-width="2048" src="https://1.bp.blogspot.com/-5JWo46thb_M/X06eDgcbh-I/AAAAAAAADkQ/yEAyWtiFi2INzy1MRxSK-nROpJZYapXzgCLcBGAsYHQ/s640/IMG_0049.JPG" width="640" /></a></div><br /><p class="MsoNormal"><br /></p>Javier de Vitoriohttp://www.blogger.com/profile/03767873692490916330noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8274074710762329005.post-35111818126256750632020-07-23T03:25:00.001-07:002020-07-23T03:34:57.382-07:00DESCOMPRESIÓN<div style="text-align: justify;"><font size="5">El padre de mi amigo Samuel comenzó a toser el jueves de la segunda semana de confinamiento. Al día siguiente, mi amigo tuvo que dejarlo como quien deja un paquete a la puerta de las urgencias del Hospital 12 de Octubre, uno de los más saturados de todo Madrid. No le permitieron acompañarle, a pesar de que el padre de ochenta y tantos arrastraba desde años un grave problema de inmunodeficiencia. Cuando mi amigo dio la espalda a su padre y regresó a su coche, porque nada podía hacer allí, las lágrimas de impotencia que surcaron su rostro le anunciaron que acababa de zambullirse en las aguas malditas de la COVID.</font></div><div style="text-align: justify;"><font size="5">Samuel no tuvo noticias de su padre hasta pasado el fin de semana. Durante tres días con sus noches mi amigo permaneció inmerso en un pozo de aguas oscuras, a la espera de la llamada fatal. Pero el viejo luchó como un bravo contra el virus. Ocho días después Samuel regresó al hospital. Su padre se había salvado. </font></div><div style="text-align: justify;"><font size="5">Podría parecer que a partir de ese momento mi amigo volvía a ver la superficie, sin embargo nada más lejos de la realidad. Las cargas de esta nueva enfermedad le hundieron un poco más en sus aguas revueltas, obligándole a luchar contra el virus en lo más cotidiano.</font></div><div style="text-align: justify;"><font size="5">En las siguientes tres semanas Samuel se vio obligado a mantener a su padre encerrado en el salón de su casa, aislado de su madre y de él. Fueron veintiún días en los que tuvo que alimentarle y someter cualquier espacio de la vivienda por el que su padre transitara camino del baño (el piso solo tenía uno) a un riguroso proceso de desinfección. La piel de las manos de Samuel se agrietó y cuarteo hasta desprenderse como escamas. No estaban preparados para algo así, ni siquiera tenían lavavajillas.</font></div><div style="text-align: justify;"><font size="5">Al finalizar el periodo de cuarentena nadie les hizo una prueba, mucho menos la famosa PCR. Tan solo una radiografía al padre para descartar la neumonía. Y mi amigo regresó a su casa, junto a su mujer.</font></div><div style="text-align: justify;"><font size="5">Por fin en su domicilio, con la superficie del agua al alcance de la mano, durante catorce días Samuel convivió con su esposa en habitaciones separadas y comiendo a deshoras. Toda precaución es poca cuando has visto la sombra de la muerte. En cuanto le dieron el alta médica por haber estado cuidando a un enfermo de COVID su empresa le comunicó que estaba en un ERTE. A día de hoy, mi amigo no ha regresado a su trabajo. </font></div><div style="text-align: justify;"><font size="5">Samuel solo pisa la calle tres días por semana. Ni uno más. Uno de ellos para ver a sus padres. Los otros dos para correr y desprenderse poco a poco de toda esa sustancia pegajosa que le quedado dentro y que le oprime hasta el punto de no dejarle respirar. Apenas amanece se calza las zapatillas y se va al parque. A esas horas no se cruza con nadie. Evita el contacto humano como si fuera a encontrar un depredador en cada persona. Las compras las hacen por internet. Por supuesto no ha pisado un restaurante ni un bar. Me dice que lo que le ocurre tiene un nombre: síndrome de la cabaña. Yo lo llamo descompresión. La descompresión que requiere quien ha visitado lo más hondo de una fosa abisal.</font></div><div style="text-align: justify;"><font size="5">Y mientras mi amigo trata de regresar a la superficie, otros nadan entre los tiburones. Y sin ser conscientes del peligro, se convierten en un escualo más. Sin protegerse, sin protegernos, como si la COVID no fuera con ellos, se multiplican en botellones, fiestas, discotecas, en abrazos y besos, en vasos compartidos, en alientos estrechos,</font></div><div style="text-align: justify;"><font size="5">Y qué queréis que os diga, no lo puedo evitar: al verlos a mí me dan ganas de agarrar el arpón y salir a pescar.</font></div><div><br /></div><div>NOTA: Os dejo dos enlaces. El primero al magnífico artículo de El Confidencial sobre la UCI del hospital mencionado en el texto y que fue escenario de mi primera novela. El trabajo fotográfico que lo acompaña es impresionante. </div><div><a href="https://www.elconfidencial.com/espana/2020-04-13/coronavirus-uci-hospital-linea-roja-12octubre_2544571/">https://www.elconfidencial.com/espana/2020-04-13/coronavirus-uci-hospital-linea-roja-12octubre_2544571/</a><br /></div><div><div> </div></div><div>En el segundo enlace encontraréis la estremecedora campaña de concienciación del Gobierno de Canarias para evitar que los "tiburones" del COVID ataquen a la población.</div><div><a href="https://www.lasexta.com/noticias/nacional/la-impactante-campana-de-concienciacion-del-gobierno-canario-sobre-el-coronavirus_202007225f1885d78fbe650001d55860.html">https://www.lasexta.com/noticias/nacional/la-impactante-campana-de-concienciacion-del-gobierno-canario-sobre-el-coronavirus_202007225f1885d78fbe650001d55860.html</a><br /></div>Javier de Vitoriohttp://www.blogger.com/profile/03767873692490916330noreply@blogger.com0Huelva, España37.261421 -6.94472249.5423271764916571 -42.1009724 64.980514823508344 28.2115276tag:blogger.com,1999:blog-8274074710762329005.post-38508807144474996052020-07-12T03:11:00.001-07:002020-07-23T03:35:28.814-07:00PERDER EL NORTE<font size="5">Me borré. Hace dos meses decidí desaparecer de estos foros. Tomarme un descanso. Dedicar un tiempo a la reflexión.<br />
Acababa de bloquear por primera vez a alguien en Facebook. Nunca antes lo había hecho, y ya llevaba en la red más de diez años. Quizá, si se hubiera tratado de un desconocido, no me habría afectado tanto. Pero no, no era un desconocido. Tuve que bloquear a un amigo de toda la vida, compañero de andanzas desde los tiempos del colegio.<br />
Que viniera a mi muro a vomitar insultos gruesos, sin atender a razones y creyéndose con todo el derecho a hacerlo, fue la gota que desbordó el vaso.<br />
Desde que nos alcanzó esta tormenta, allá por el mes de marzo, he asistido perplejo a una riada de bulos, descalificaciones e infamias que, lejos de ayudarnos a salir del atolladero, nos hundían cada vez más en la desunión y la miseria moral. En medio de la tempestad más terrible que nuestra sociedad ha conocido, cuando más falta hacía que todos sumáramos fuerzas para dirigir nuestro barco a puerto seguro, algunos han aprovechado para sembrar la inquina entre nosotros. Sus fines no han sido nada altruistas: la verdad no estaba entre sus motivaciones. La conquista del poder y los beneficios personales que ostentarlo lleva aparejado ha sido su único fin.<br />
La cosecha de odio de estos malnacidos ha dado sus frutos. La irrazonable ferocidad de mi amigo es consecuencia de ella. ¿Cuántos habrá como él en todo el territorio de esta España nuestra?<br />
Las perversas intenciones de algunos han estado a punto de hacernos perder el norte.<br />
No, no lo han conseguido.<br />
El amor ha vencido al odio. La solidaridad de muchas personas anónimas que se han volcado para ayudar a sus vecinos más vulnerables, o la de las decenas de restaurantes que han dedicado sus cocinas durante este tiempo a ofrecer menús para las familias sin recursos para subsistir, ha derrotado a aquellos que querían enfrentarnos. Son solo dos ejemplos, podría citar miles.<br />
Esta mañana he escuchado en el programa <i>No es un día cualquiera</i> de RNE a uno de los responsables de la iniciativa #comidaparatodos (<a href="https://www.casadecomidascarmela.com/home/comida-para-todos/">https://www.casadecomidascarmela.com/home/comida-para-todos/</a> ) y sus palabras me han hecho recobrar la fe en la humanidad. Nunca debemos olvidar que somos muchos más los que sumamos que aquellos que restan buscando el beneficio propio. Y que por muy fuertes que sean, y tengan a su disposición medios que no podemos ni imaginar, nosotros tenemos muchísimas más manos y corazones para hacer frente a toda su iniquidad.<br />
Hoy más que nunca es necesario conjugar el verbo reflexionar, considerar, meditar... No dejarse arrastrar por las emociones que nos rodean e intentan inducirnos a actuar empujados por el dramatismo del momento. No responder a las provocaciones. No creer todo lo que nos digan.<br />
Solo así podremos recuperar el rumbo perdido y alcanzar nuestro destino.</font><br />
<br />
P.D.: La foto fue tomada en la Puerta del Sol de Madrid hace un par de días en torno a las doce de la mañana. El aspecto desolado de la plaza, tan querida para mí, sin embargo me hace fijarme en los que la ocupan, en que la vida sigue. Y es que, pese al COVID y la pandemia que nos asola, no deja de haber gente dispuesta a hacerse selfies frente al oso y el madroño...<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-FaE9UArU4Hc/XwrhkBREveI/AAAAAAAADi0/zyclgkUGOdgzxRcOqcGNJj2GKzkNa52pACLcBGAsYHQ/s1600/IMG_20200708_111123_537.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1200" data-original-width="1600" height="300" src="https://1.bp.blogspot.com/-FaE9UArU4Hc/XwrhkBREveI/AAAAAAAADi0/zyclgkUGOdgzxRcOqcGNJj2GKzkNa52pACLcBGAsYHQ/s400/IMG_20200708_111123_537.jpg" width="400" /></a></div>
Javier de Vitoriohttp://www.blogger.com/profile/03767873692490916330noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-8274074710762329005.post-57182045725675692132020-04-16T01:00:00.001-07:002020-07-23T03:37:17.605-07:00NAVIA: EL MAGO DE LA LUZ QUE SE ALIMENTA DE PALABRAS<div><font size="5">
Hoy quiero hablaros de dos de mis pasiones: la literatura y
la fotografía.<br />
Y he decidido empezar con una confesión: yo era uno de esos
bichos raros que no veían la televisión (si no consideramos a las series de las
plataformas de pago como televisión). O, quizá, hoy en día no ver la televisión
ya no te convierte en un bicho raro, no lo sé. El caso es que en estos días de
clausura he descubierto la aplicación RTVE A la Carta y dos de sus programas me
han reconciliado con la tele.<br />
Os cuento esto porque en uno de esos programas, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Detrás del instante</i>, ayer tuve la
fortuna de reencontrarme con un ser humano excepcional: José Manuel Navia. <br />
Para quien no lo conozcáis, Navia es uno de los más
destacados fotógrafos españoles en activo, con un historial que muy pocos
pueden igualar. Pero, sobre todo, Navia es el fotógrafo literario por
excelencia.<br />
Si os cuento que Navia ha dotado de imágenes textos de
Miguel Delibes, Julio Llamazares, Caballero Bonald, Manuel Rivas y muchos otros
escritores de primera línea creo que queda justificada mi afirmación anterior.
Pues no. <br />
Conocí a José Manuel Navia años atrás, en un curso de
edición fotográfica que impartió en una pequeña escuela de un barrio obrero de
Madrid. Aquel día tuve la inmensa suerte de compartir con él mesa y mantel, y
os aseguro que hubiera pagado lo que me pidieran por estirar aquella sobremesa
hasta que cerrara el bar de menús donde nos atendieron. Y es que las palabras
de Navia son, ante todo, dos cosas: literatura y sabiduría. No en vano, según
nos confesó entonces, durante mucho tiempo estuvo carteándose con uno de los
mejores escritores en español del siglo XX: el paraguayo Augusto Roa Bastos.<br />
</font><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div><font size="5">
Si sois como yo, uno de los millones de personas que amamos la
genial obra de Cervantes, no podéis dejar de ver en cuanto tengáis ocasión su
obra <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Territorios del Quijote</i> (2004),
en la que explora con sus fotografías los territorios reales e imaginarios de
la obra cervantina. Y, si os apasiona Antonio Machado, no os perdáis sus <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Miradas</i> (2007). Son tantas sus obras
relacionadas con la literatura que haría este artículo eterno si las citara,
pero no puedo dejar de recomendaros un paseo para cuando esta clausura termine,
el paseo por <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Un Madrid Literario</i> que
junto a Caballero Bonald expuso y publicó en el año 2009.<br />
<br />
</font><a href="https://1.bp.blogspot.com/-V8x11Fr6yWY/XpYGqafeHhI/AAAAAAAADdw/S9sP0nv1aSAqcatIV8YkhzCct-tT3ZwAACLcBGAsYHQ/s1600/IMG_20200414_180324_156.jpg" style="-webkit-text-stroke-width: 0px; clear: right; color: #0066cc; float: right; font-family: "times new roman"; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em; orphans: 2; text-align: center; text-decoration: underline; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;"><font size="5"><img border="0" data-original-height="1256" data-original-width="1600" height="313" src="https://1.bp.blogspot.com/-V8x11Fr6yWY/XpYGqafeHhI/AAAAAAAADdw/S9sP0nv1aSAqcatIV8YkhzCct-tT3ZwAACLcBGAsYHQ/s400/IMG_20200414_180324_156.jpg" width="400" /></font></a><font size="5"><br />
Parece que ya sí he justificado suficientemente mi calificación
de Navia como fotógrafo literario. Pues todavía hay más...<br />
Y es que todo lo anterior no es más que la introducción a
este artículo. Lo que en realidad he venido a contaros es otra cosa, lo que
aprendí en las múltiples conferencias de Navia a las que asistí y en sus
cursos: como la forma que tiene Navia de trabajar la fotografía es perfecta
para un escritor.<br />
José Manuel Navia se inspira para sus trabajos en lo
cercano, antes que en lo exótico, sin que ello le reste ni un ápice a su
esfuerzo de documentación. Antes de acudir a fotografiar un «escenario», Navia
se empapado de toda la literatura que existe sobre ese lugar y sus gentes.
Exactamente lo mismo que debería hacer un buen escritor.<br />
Otro rasgo del «buen escritor» que quiero mostraros en el trabajo
de Navia es su acercamiento a los personajes, elemento fundamental de su obra
fotográfica. En muchas de sus fotografías, los personajes son descritos a la
perfección por los objetos que utilizan sin necesidad de que veamos su retrato.
Para aquellos de vosotros que no seáis escritores, esta es una técnica
literaria usada por muchos autores de todos los tiempos. Pero, lo que a mí me
enamora de Navia es la forma que tiene de acercarse a sus personajes. En mis
obras, siempre que me ha sido posible, he tratado de imitar a Navia en su
manera de entablar conversación con sus personajes hasta crear con ellos una
intimidad que le permite hacerlos universales en sus fotografías, gracias al
conocimiento profundo de sus vidas que ha adquirido. Decidme: ¿qué escritor no
desea algo similar para sus personajes?<br />
</font><a href="https://1.bp.blogspot.com/-V8x11Fr6yWY/XpYGqafeHhI/AAAAAAAADdw/S9sP0nv1aSAqcatIV8YkhzCct-tT3ZwAACLcBGAsYHQ/s1600/IMG_20200414_180324_156.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"></a><font size="5">En el cuaderno de notas de Navia reposan las ideas a la
espera de la creación. Esa pequeña libreta es la memoria donde la intuición es
fecundada por la reflexión para dar como fruto sus obras <i style="mso-bidi-font-style: normal;">escritas</i> por medio de la cámara. Y en este proceso de creación, es
la paciencia, el saber esperar el momento justo en el que todos los elementos
de la imagen encajan, la virtud que le permite obtener imágenes inigualables
donde unos instantes antes solo había abandono o vulgaridad. ¿No creéis que le
ocurre algo muy parecido al escritor?<br />
Todo lo planteado hasta ahora no es nada comparado con lo
que falta... Quiero compartir con vosotros dos frases que Navia no dejaba de
repetir en sus cursos y que le he vuelto a escuchar, después de tantos años, al
encontrarlo en el programa de RTVE. Son dos frases que deberían estar grabadas
a fuego en el manual de estilo de todo escritor (y si no eres escritor, pero sí
lector, entenderás también lo que voy a decirte). La primera es «Menos es más».
O como decían los clásicos: «Lo bueno si es breve...». Y la segunda frase es: «Lo
que no suma, siempre resta». <br />
Y creo que no hay mejor forma de terminar este artículo que
poniendo en práctica estas dos sentencias.<br />
¡Hasta la próxima semana!<br /></font>
<br />
NOTA: Si os habéis quedado con ganas de saber más sobre
Navia, aquí os dejo el enlace a su blog.<br />
<b></b><i></i><u></u><sub></sub><sup></sup><strike></strike></div><div><a href="http://jmnavia.blogspot.com/">http://jmnavia.blogspot.com/</a><br /></div>
<div>
<br /></div>
<div>
<b></b><i></i><u></u><sub></sub><sup></sup><strike></strike><br /></div>
Javier de Vitoriohttp://www.blogger.com/profile/03767873692490916330noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8274074710762329005.post-1320611145345626772020-01-31T00:00:00.000-08:002020-04-09T04:50:09.362-07:00DÍA DE LA PAZ 2020<br />
<div style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-size: 13.0pt;">EMBRUTEZCÁMONOS</span></b><br />
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-size: 13.0pt;">(Humilde homenaje a mi admirado Blas de Otero)</span></b></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm;">
<span style="font-size: 13.0pt;">Embrutezcámonos.</span></div>
<div style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm;">
<span style="font-size: 13.0pt;">Lancemos soflamas.</span></div>
<div style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm;">
<span style="font-size: 13.0pt;">Mezclémonos con la masa informe</span></div>
<div style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm;">
<span style="font-size: 13.0pt;">que vomitan las cavernas</span></div>
<div style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm;">
<span style="font-size: 13.0pt;">al arcaico grito </span></div>
<div style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm;">
<span style="font-size: 13.0pt;">de «Muera la inteligencia».</span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm;">
<span style="font-size: 13.0pt;">Alcémonos</span></div>
<div style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm;">
<span style="font-size: 13.0pt;">sobre los intelectuales,</span></div>
<div style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm;">
<span style="font-size: 13.0pt;">los que aún creen en un mundo mejor.</span></div>
<div style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm;">
<span style="font-size: 13.0pt;">Tapemos sus bocas con nuestras banderas,</span></div>
<div style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm;">
<span style="font-size: 13.0pt;">que ninguna idea pueda nublar</span></div>
<div style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm;">
<span style="font-size: 13.0pt;">el ocaso de nuestra decadencia.</span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm;">
<span style="font-size: 13.0pt;">Festejémonos.</span></div>
<div style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm;">
<span style="font-size: 13.0pt;">Choquemos nuestras palmas.</span></div>
<div style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm;">
<span style="font-size: 13.0pt;">Hocemos en el charco</span></div>
<div style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm;">
<span style="font-size: 13.0pt;">de las promesas hueras.</span></div>
<div style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm;">
<span style="font-size: 13.0pt;">Rebuznemos más alto que el resto,</span></div>
<div style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm;">
<span style="font-size: 13.0pt;">y triunfaremos en la audiencia.</span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm;">
<span style="font-size: 13.0pt;">Aullemos.</span></div>
<div style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm;">
<span style="font-size: 13.0pt;">Gruñamos.</span></div>
<div style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm;">
<span style="font-size: 13.0pt;">Rujamos.</span></div>
<div style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm;">
<span style="font-size: 13.0pt;">Asesinemos el lenguaje</span></div>
<div style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm;">
<span style="font-size: 13.0pt;">como si fuera una bestia,</span></div>
<div style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm;">
<span style="font-size: 13.0pt;">pues no hay mejor caza</span></div>
<div style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm;">
<span style="font-size: 13.0pt;">que aquella que amenaza</span></div>
<div style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm;">
<span style="font-size: 13.0pt;">nuestra propia existencia.</span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm;">
<span style="font-size: 13.0pt;">Y al cabo de un rato,</span></div>
<div style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm;">
<span style="font-size: 13.0pt;">de escuchar un borbotón tras otro</span></div>
<div style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm;">
<span style="font-size: 13.0pt;">de barbaridades violentas,</span></div>
<div style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm;">
<span style="font-size: 13.0pt;">desperté entre sudores fríos</span></div>
<div style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm;">
<span style="font-size: 13.0pt;">de la pesadilla más cruenta.</span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm;">
<span style="font-size: 13.0pt;">Y solo pude hallar consuelo</span></div>
<div style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm;">
<span style="font-size: 13.0pt;">en los versos del poeta:</span></div>
<div style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm;">
<span style="font-size: 13.0pt;">«Pido la paz y la palabra.</span></div>
<div style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm;">
<span style="font-size: 13.0pt;">Escribo en defensa del reino,</span></div>
<div style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm;">
<span style="font-size: 13.0pt;">del hombre y su justicia.</span></div>
<div style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm;">
<span style="font-size: 13.0pt;">Pido la paz.»</span></div>
<div style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm;">
<br /></div>
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt 1cm; text-align: right;">
30/01/2020 Día escolar de la Paz y la No Violencia</div>
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt 1cm; text-align: right;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-cvM2ihuqA7A/Xo8LTgHZsqI/AAAAAAAADb8/C1HTarr2dUA8AjDPYeRH_1_c_0Ah4ugHQCLcBGAsYHQ/s1600/Paz.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1066" data-original-width="1600" height="213" src="https://1.bp.blogspot.com/-cvM2ihuqA7A/Xo8LTgHZsqI/AAAAAAAADb8/C1HTarr2dUA8AjDPYeRH_1_c_0Ah4ugHQCLcBGAsYHQ/s320/Paz.jpg" width="320" /></a></div>
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt 1cm; text-align: center;">
<br /></div>
Javier de Vitoriohttp://www.blogger.com/profile/03767873692490916330noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8274074710762329005.post-58894648712801966522018-09-09T04:20:00.000-07:002020-04-09T04:40:20.798-07:00PREGONEROPregonero a tus zapatos... Escritor a tus relatos... Algo así pensé cuando recibí la invitación para dar el pregón de las fiestas de Villaverde Bajo de este año. Y es que, no solo jamás he escrito un pregón, ¡es que en toda mi vida no he asistido a ninguno!<br />
A veces, un escritor tiene que hacer lo que tiene que hacer aunque no quiera. El agradecimiento que sentía y siento hacia los vecinos que pensaron en mí para semejante tarea me obligaba a ello. ¡Era un honor! Y los honores no se discuten, se intenta merecerlos.<br />
Os dejo mi pregón y con él algunos retazos de mi historia. No seas muy duros al juzgarle. Pensad que todos hemos debutado alguna vez pero pocos lo hemos hecho delante de tantas personas.<br />
<br />
<br />
<div style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-indent: 35.45pt;">
<i><span style="font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin;">«</span><span style="font-size: 12.0pt;">Cuando
me preguntaron si me gustaría dar el pregón de apertura de las fiestas de
Villaverde Bajo me quedé sin saber muy bien qué decir. Casi de inmediato, me
vinieron a la mente otras personas con más méritos que yo para esta tarea,
pero, a la vez, no pude evitar sentirme orgulloso por ello.</span></i></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-size: 12.0pt;"><i>¡Ay el orgullo! Puerta
de entrada de la soberbia, la gloria vana que es el peor de los siete pecados
capitales. Como dicen los clásicos, en la recompensa obtuve mi castigo. Llegado
el momento de escribir este pregón el miedo atroz al folio en blanco se apoderó
de mí hasta quitarme el sueño. Y es que en mi vida había asistido a un pregón y
los pocos que había visto por You Tube desde que recibí el encargo eran tan
magistrales que ni tan siquiera podía aspirar a imitarlos. </i></span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-size: 12.0pt;"><i>Hago aquí un inciso
para explicaros que, si os cuento todo esto, es para pediros vuestra
comprensión con este humilde pregonero que nunca antes se había visto en este
trance.</i></span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-size: 12.0pt;"><i>Pues bien, como os
iba contando, para salir del paso no me quedó otra que recurrir a la memoria,
que suele ser la mejor aliada en estos casos…</i></span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-size: 12.0pt;"><i>Así, un domingo por
la mañana de hace un par de semanas, desde las tierras de Huelva en donde ahora
vivo, regresé a la explanada polvorienta de la estación de cercanías que
tenemos aquí al lado y volví a encontrarla sin un coche. Porque, aunque muchos
no lo podáis creer, hubo un tiempo en que en ese aparcamiento jugaban y
correteaban decenas de niños que disfrutaban del espacio abierto y el agua
fresca de la fuente de La Capona con la tranquilidad que da saber que ese
espacio… es tuyo. </i></span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-size: 12.0pt;"><i>No hace tanto de
eso, como pensaréis muchos por mis canas. Simplemente, eran otros tiempos. En
aquella época la ciudad de Madrid era algo lejano y misterioso para los niños y
las niñas del barrio. Un mar de escombreras nos separaba de la ciudad y hacía
que Villaverde Bajo mantuviera ese aire de pueblo que nunca ha llegado a
perder, pero que entonces, parecía más evidente con su lechero y su burro, sus
futbolines y sus boletos, las vecinas al fresco de la acera en las noches de
verano y la canción de Paquito el Chocolatero poniendo punto y final a las
fiestas que por aquellos años eran de Santiago Apostol… Sí, como os decía, ese
aire de pueblo aún hoy perdura; y si no que le pregunten al hermoso gallo que
ha dado pie al cartel de las fiestas.</i></span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-size: 12.0pt;"><i>¿Sabéis? las fiestas
de Villaverde Bajo eran fechas importantes para los chavales del barrio. Pienso
en ellas y en mi memoria se mezcla la música de Los Chunguitos a todo volumen
en los autos de choque con el olor intenso de la morcilla asándose y el sabor
reconfortante del calimocho. Estoy seguro de que muchos de vosotros compartís
conmigo estas sensaciones. Pero, por encima de todo, el recuerdo de las fiestas
del barrio es para mí sinónimo de libertad, una libertad conquistada con esfuerzo,
como las cosas que nunca se olvidan.</i></span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-size: 12.0pt;"><i>Quizá a muchos ahora
os parezca extraño, pero entonces, cuando tenías trece, catorce años, los
padres tan solo te dejaban salir de noche por una causa justificada. ¡Y las
fiestas lo eran! El primer año de las fiestas, <u>de TUS fiestas</u>, tenías
que rogarle a tus padres, demostrarles lo responsable que podías llegar a ser, recitar
los nombres de todos tus amigos a los que ya les habían dado permiso (aunque no fuera verdad), y, tras la dura
negociación, lograbas un premio mucho más grande que poder salir por la noche. <u>El
premio era la libertad</u>. Los que no lo hayáis vivido, no podréis imaginar lo
emocionante que era para un muchacho de mi edad salir por primera vez a
deshoras, bañarte en la música y las luces de las atracciones, mezclarte con el
bullicio de la muchedumbre, porque a los ojos de aquel niño lo eran las gentes
que se congregaban para disfrutar de versiones míticas como la de Los Sultanes
del Swing de los Dire Straits que interpretaban las orquestas entre una de Mecano
y otra de Manolo Escobar.</i></span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-size: 12.0pt;"><i>Sí… Y es que este
barrio siempre ha sido muy ecléctico. Dice la Wikipedia que allá por el año mil
el rey Alfonso VI de León donó a caballeros de la Orden de Santiago unas
tierras no lejos de aquí que dieron lugar a una población llamada Vado de
Santiago el Verde en las cercanías de una casa de labranza árabe. Y que ya
entonces se celebraba en el lugar la Fiesta de Santiago el Verde. Lo que no
dice la Wikipedia, pero no cuesta mucho imaginar, es que las orquestas de la
época entre una de arpa y otra de laúd ya tocaban el “¡Qué viva España!” o la
de “Dale a tu cuerpo alegría Macarena”.</i></span></div>
<div style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-size: 12.0pt;"><i>Si en el origen de
Villaverde fueron gentes venidas de León, cristianos básicamente, los que se
mezclaron con la población árabe que había permanecido en la que desde hacía
siglos era su tierra; con el paso de los años la situación no cambió, y
Villaverde siguió y sigue siendo un lugar donde se recibe con los brazos
abiertos a la gente de bien que viene a ganarse la vida lo mejor que puede.
Dicen que lo fue con la llegada del ferrocarril hace más de ciento cincuenta
años. Y volvió a serlo en los años sesenta y setenta del siglo pasado para
todos los emigrantes de pueblos de Andalucía, Extremadura, Castilla La Mancha,
Castilla y León, Galicia…, que vinieron de sus pueblos buscando los medios para
ganarse el pan con que alimentar a sus familias en la industrias cercanas
nacidas al calor de la capital. Y aunque ya no vivo aquí, y cuando vengo apenas
permanezco unos días, veo que Villaverde sigue recibiendo con los brazos
abiertos a las gentes de Rumanía, Marruecos, Ecuador, Republica Dominicana,
Ucrania, Colombia, Perú o China; por nombrar solo algunos países.</i></span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-size: 12.0pt;"><i>Y aquí, ahora que
nadie nos oye, os diré que estoy orgulloso de mi barrio. Tan orgulloso me
siento de él que quise que mi primera novela llevara el nombre de mi barrio en
su título y he vuelto a incluir sus calles como escenario de la segunda, que
espero vea la luz en el 2019. Y si estoy orgulloso de Villaverde, no es porque
sea un barrio que disfrute de todas las comodidades que una capital como Madrid
hoy en día puede ofrecer a sus vecinos. No, ¿verdad que no?, seguro que
vosotros sabéis mejor que yo de qué estoy hablando. Estoy orgulloso de este
barrio porque, después de mi familia, en él aprendí los valores que creo que me
definen como persona: ESFUERZO, HONRADEZ, SOLIDARIDAD. Valores que ahora parece
que no están de moda y que siguen vivos aquí, estoy seguro, <u>gracias a
vosotros</u>. Porque este barrio es un lugar en el que cuando alguien tropieza
con una de esas baldosas levantadas que llevan un siglo esperando a que vengan
a arreglarlas, esa persona que se ha caído al suelo siempre encuentra una mano
amiga dispuesta a ayudarla a levantarse y eso es algo, vosotros lo sabéis como
yo, que no sucede en todas partes. </i></span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-size: 12.0pt;"><i>Así que os animo a
que presumáis de barrio. A qué digáis con orgullo, SÍ, SOY DE VILLAVERDE, sin
importaros si habéis nacido aquí o en la otra punta del planeta. Pero, sobre
todo, os animo a que trabajéis para hacer de este barrio el barrio que todos
queremos y que sin nuestro esfuerzo, no podrá ser.</i></span></div>
<div style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-size: 12.0pt;"><i>Por último, quiero
invitaros a disfrutar de estas fiestas que existen por y para vosotros. Os
invito a que lo hagáis con moderación, manteniendo limpias las calles como si
fuera nuestra propia casa, <u>que lo es</u>, y respetando a todo el mundo,
también a los que no pueden sumarse al jolgorio por tener que madrugar al día
siguiente y durante estos tres días ven reducidas sus horas de descanso. </i></span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-size: 12.0pt;"><i>Os invito a que
disfrutéis de las fiestas en paz, y a que aprovechéis cada ocasión que se os
presente, incluso algunas que puedan parecer desagradables, para hacer nuevos
amigos. </i></span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-size: 12.0pt;"><i>Y ya para terminar,
os invito también a que disfrutéis de estas fiestas con la misma alegría en el
corazón con que yo lo hacía cuando tenía trece años. </i></span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-size: 12.0pt;"><i>VECINOS, VECINAS,
AMIGOS TODOS. ¡VIVA VILLAVERDE!</i></span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-indent: 35.45pt;">
<i><span style="font-size: 12.0pt;">¡Hasta siempre!</span><span style="font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin;">»</span></i><span style="font-size: 12.0pt;"></span></div>
<b></b><u></u><sub></sub><sup></sup><strike></strike><i></i><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-9szBiSXpqfc/Xo8JESskhNI/AAAAAAAADbg/BSwRlLkWlecmNa3ewxJ1HWjAkZ_LyNYSACLcBGAsYHQ/s1600/preg%25C3%25B3n.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1080" data-original-width="1440" height="240" src="https://1.bp.blogspot.com/-9szBiSXpqfc/Xo8JESskhNI/AAAAAAAADbg/BSwRlLkWlecmNa3ewxJ1HWjAkZ_LyNYSACLcBGAsYHQ/s320/preg%25C3%25B3n.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
NOTA: Como todas las fotos en este blog, esta también es mía. La realicé unos minutos antes de subir al escenario para dar el pregón.Javier de Vitoriohttp://www.blogger.com/profile/03767873692490916330noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8274074710762329005.post-21941055606844059942012-11-11T11:39:00.004-08:002020-04-09T04:51:52.402-07:00CUANDO LAS MUSAS LLAMAN A LA PUERTA<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://4.bp.blogspot.com/-iaR_Vh-zpqo/UJ_-yJax1UI/AAAAAAAABCc/PT953uXnrfM/s1600/IMG_0893.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="266" rea="true" src="https://4.bp.blogspot.com/-iaR_Vh-zpqo/UJ_-yJax1UI/AAAAAAAABCc/PT953uXnrfM/s400/IMG_0893.jpg" width="400" /></a></div>
<br />
En cualquier momento, en cualquier lugar, el escritor no descansa...Javier de Vitoriohttp://www.blogger.com/profile/03767873692490916330noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-8274074710762329005.post-33140747151535235832012-11-07T12:20:00.001-08:002012-11-07T12:36:40.208-08:00EL OTOÑO QUE FUE<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://3.bp.blogspot.com/-fQuNkCDgIes/UJrB0F5r8qI/AAAAAAAABCI/0Lo1JF4140A/s1600/IMG_1494_Bis.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" rea="true" src="http://3.bp.blogspot.com/-fQuNkCDgIes/UJrB0F5r8qI/AAAAAAAABCI/0Lo1JF4140A/s400/IMG_1494_Bis.jpg" width="266" /></a></div>
<div align="center">
Cuando las nubes se derraman</div>
<div align="center">
y hasta el coraje de los más nobles<br />
se enmohece</div>
<div align="center">
el otoño que fue</div>
<div align="center">
se extraña.</div>
Javier de Vitoriohttp://www.blogger.com/profile/03767873692490916330noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8274074710762329005.post-70697687853413074852012-10-23T09:54:00.000-07:002012-10-23T09:54:05.129-07:00DETRÁS DEL CRISTAL<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://3.bp.blogspot.com/-ea4nnAD3IgQ/UIbKjRIosaI/AAAAAAAABB0/Za5gaGe4HJI/s1600/IMG_0627.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="266" oea="true" src="http://3.bp.blogspot.com/-ea4nnAD3IgQ/UIbKjRIosaI/AAAAAAAABB0/Za5gaGe4HJI/s400/IMG_0627.jpg" width="400" /></a></div>
<br />
¡Qué bien se ve la vida detrás del cristal! Al resguardo del viento y la lluvia. Hasta que alguien te dice que esa no es vida, que hay otro camino, que se puede escoger...Javier de Vitoriohttp://www.blogger.com/profile/03767873692490916330noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8274074710762329005.post-62715662678172029282012-10-12T10:19:00.003-07:002020-04-09T04:07:10.802-07:00INSOMNIO (Nocturnos)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://2.bp.blogspot.com/-sbe1h4jtNJc/UHhQm7K3r9I/AAAAAAAABBg/skjWlST_MH0/s1600/IMG_1663.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" nea="true" src="https://2.bp.blogspot.com/-sbe1h4jtNJc/UHhQm7K3r9I/AAAAAAAABBg/skjWlST_MH0/s400/IMG_1663.jpg" width="265" /></a></div>
<br />
Ahora que por fin llega el otoño<br />
echo de menos <br />
las largas noches<br />
el insomnio<br />
del verano.Javier de Vitoriohttp://www.blogger.com/profile/03767873692490916330noreply@blogger.com1